Una Idea Genial
Agosto
de 2024.
Hice mi primera captura de pantalla.
No están ustedes para saberlo, ni yo para dárselos a conocer, pero he triunfado
en la ardua y vertiginosa carrera tecnológica.
Después de 6 meses 6 de agotadora investigación, estudios y prácticas
desgastantes, solo, sin más ayuda que 453 videos tutoriales, pude hacer una
captura de pantalla. Lo sé, parece increíble. Pero no crean que me
conformé, ahora me propongo encontrar dónde rayos quedó guardada la captura de
pantalla. Luego averiguar para que sirve una captura de pantalla.
¿Después? … ¡el mundo!
Bueno, de ahí que, animado por este gran logro, me dediqué a incursionar en el
mundo de las aplicaciones digitales (que los veteranos llamamos “apps”), y así
surgió la idea que ahora les refiero:
Se trata de una idea para el tránsito tan cacareado hacia un capitalismo humano
(o a “limarle las puntas al neoliberalismo” -según la 4T-): Una nueva
aplicación digital que se llamaría “OnlyHaters”. En ella
usted, dama, caballero, otroa, podría insultar a placer al villano
o villana de su preferencia a cambio de un precio razonable. Claro,
habría cuenta premium donde el receptor se compromete a leer su mensaje o ver
su video (si tiene usted más recursos). ¿Se imaginan? Casi
cualquier personaje de la política y del capital se haría millonario.
El futuro secretario de educación, en México, ya no tendría que vender
candidaturas al cártel más cercano a su corazón. El Supremo se retiraría
con su sustento asegurado y le alcanzaría para crear su propio podcast mañanero
(que es lo único que hizo en casi 6 años). Trump no tendría que recurrir
al fraude fiscal para financiar su campaña y sus empresas. Biden-Harris
no tendrían que hacer ofertas de temporada a las grandes corporaciones para la
guerra de conquista en Palestina. Le Pen y Macron no tendrían que
esconder su afinidad ideológica. El PSOE y el PP podrían al fin salir del
closet y abrazarse en público. Milei no tendría que ponerse histérico
cada vez que dice algo ni poner cara de estreñimiento agudo. Lula, Petro
y Boric podrían pagar su suscripción a los canales de tv del imperio Murdoch
(Fox) sin necesidad de convertirse en sus voceros (y, por favor, que alguien
les diga que ésos a quienes quieren agradar serán los mismos que mañana los
lapidarán en lo mediático). Netanyahu no tendría que cometer crímenes de
guerra para sostenerse en el gobierno. Zelenski encontraría un cauce
honorable para su capacidad histriónica. Putin podría dedicarse a montar
osos.
Y claro, yo, el Capitán, no tendría que atender mi taller de bicicletas
eléctricas (que se llama, por supuesto, “Mi Abuelita en Bicicleta”) para poder
adquirir las obras completas de Arturo y Carlota Pérez-Reverte, Javier Marías y
Arthur Conan Doyle (antes de que empiecen con sus juicios, sentencias y
condenas de corrección política, “sensibilidad de género” y lo que esté de
moda, permítanme avisarles que me cago en sus tribunales, los morales y los
otros).
No sé, piénsenlo. Así ya no se explotaría la fuerza de trabajo humana,
sólo los sentimientos de rechazo, odio, intolerancia, racismo, homofobia,
misoginia, fanatismo, etc. Lo más ruin de la especie humana sería fuente
de riqueza.
Oh, olvídenlo: para eso ya existen las redes sociales.
Nah,
también hay videos de gatitos y perritos (¡aww!)
En fin, como le responde Don Francisco de Quevedo a un otro Capitán, veterano
de los Tercios de Flandes: “No queda sino batirnos, pese a todo. Contra la
ignorancia, la estupidez, la maldad, la superstición y la envidia”.
Ya después el autor agregará: “la apatía, la incultura, la insolidaridad, la
corrupción”.
Vale.
Salud y “Omitir las verdades no es otra cosa que una variedad refinada de la
mentira” (Almudena Grandes. Madrid, Estado Español).
Desde
las montañas del Sureste Mexicano.
El Capitán.
Mirando el barco sobre la mar y a caballo en la montaña.
México, agosto del 2024.
P.D.-
Si alguien, allá afuera, decide capitalizar esta genial idea, triunfar así en
el rudo mundo de la era digital, tener un sitio exclusivo en Silicon Valley,
codearse con los Arnault, Bezos, Musk, Zuckerberg, Gates, y ser convocado por
el Preciso para que opine sobre asuntos que deberían
ser de Estado, no olvide “mocharse” con un tanto de paga. Necesitamos
equipar varias salas de quirófano. Están los “mete cuchillo” fraternales
puestos, están los candidatos a cirugía, están los lugares para construirlos,
están las jóvenas y jóvenes dispuestos a aprender. Ya
sólo faltan los equipos. Y la capacitación para su uso y cuidado, claro.
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