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posdatas 3
VII.- PREGUNTAS, IMÁGENES Y SENTIMIENTOS.
¿Cuál imagen le
conmueve?
¿La de un niño
extraviado en una multitud de adultos? ¿La de una niña que no sabe aún
que es sólo una pieza de cacería?
¿La de una mujer
desaparecida, atrapada en el limbo de la violencia sin fin, atenida sólo a que
sus cercanos le busquen porque las autoridades sólo están preocupadas por las
estadísticas (las oficiales, porque la reales no se pueden manipular)?
¿La de una madre, con
todo el dolor tatuado en el rostro, buscando a su cría desaparecida?
¿La de los cadáveres de
infantes entre los escombros de Gaza?
¿La del migrante
hombre, mujer, otroa (no importa el género sino el
color de piel), que descubre que el terror no reconoce fronteras ni
nacionalidades, y que tiene que agregar a las remesas el envío de miedo y
desesperanza?
¿La de loa
otroa, orgullosa de su ropaje de luces, con el rostro descompuesto al
ver acercarse las luces rojas y azules de la policía?
¿La de la familia del
trabajador, la empleada, el chofer, la repartidora, el albañil, la profesora,
que no puede disponer del seguro porque el abogado del patrón “demostró” que el
accidente que le costó la vida “no fue en horario laboral”?
¿La del pueblo
originario (el Tata Juan Chávez nos enseñó que así se nombra a quien el de
arriba llama “indio”, y que hay pueblos, naciones, tribus y barrios
originarios) que mira desconcertado al que tiene su mismo color de piel pero no
de corazón (ahora es funcionario -que quiere decir que tiene el color del
dinero)-, que le dice algo y le entrega papeles, y ese pueblo no entiende que
le están diciendo que será desalojado porque es invasor de la tierra que
trabajaron sus padres y madres, sus abuelas y abuelos, sus bisabuelos y
bisabuelas y así hasta siglos antes, pero que no se preocupe porque con esa
mina, ese campo de fotoceldas, ese complejo turístico, esa autopista, ese tren
turístico, ese centro comercial, llegará el progreso y la civilización y al fin
podrá volver a ser peón de un nuevo hacendado?
-*-
¿Cuál imagen le
indigna?
¿La de Trump
masturbándose mientras ve las noticias de más y más infantes asesinados en
Palestina, y se imagina un complejo turístico “grande y hermoso” construido
sobre los cadáveres?
¿La de Netanyahu
declarando a la televisión internacional que Irán está atentando contra civiles
con sus bombas y debería ser condenado por la comunidad internacional?
¿La del ministerio
público que mira con morbo a la jovencita ultrajada mientras la juzga,
sentencia y condena “porque con esas ropas, mija, tú te lo buscaste”?
¿La de la funcionaria
transformadora que, para demostrar que está comprometida con las causas justas,
ante la demanda de búsqueda de desaparecidas, “regala” picos y palas? (“oiga,
pero las están cobrando”; “Bah, a ese precio están como regaladas”).
¿La del policía del ICE
gringo que golpea con saña a un migrante que le dice, el rostro sangrante, que
él está en la Unión Americana desde antes que ese agente naciera?
¿La de loa
otroa, con el cuerpo roto cubierto de orines y sangre, mientras el de
la cámara envía a su jefe la foto y el mensaje “va la foto del putito que
quebraron”?
¿La del abogado que
argumenta: “las leyes se estudian para saber cómo violarlas… legalmente,
claro”?
¿La de la preclara
legisladora progresista que, soberbia vana, consigue condenar a quien puso un
tuit (o como se diga) diciendo lo que todos saben que es cierto, pero, al mismo
tiempo, teme, humildad impuesta, que le cancelen la visa gringa?
¿La de funcionarios que
no funcionan si no “se aceita la maquina”, o lo que es lo mismo: “with money
dancing the dog”?
-*-
Y ¿por qué necesita esas
imágenes -si es que le conmueven e indignan, claro-, para reconocerse como ser
humano?
-*-
En la pirámide mundial,
la geografía de la modernidad y el progreso, su mapa pues, es un gigantesco
mural con fotos.
Arriba: las imágenes
retocadas de las distintas marcas del Gran Capital. Pocas.
Abajo: millones de
imágenes de desaparecidas, muertos y olvidadas. Selvas devastadas con
máquinas y estupidez. Ríos y lagunas contaminadas con las heces mortales
de las mineras. Pueblos originarios que ataño eran vida y hoy son un
complejo hotelero “todo incluido”. Las colonias marginales.
Los cielos humeantes de las ciudades industriales con piezas y engranes de
carne y hueso. Guerras donde mueren los desechables de siempre. Un
cementerio clandestino como Patria.
-*-
Pero
tal vez no es todo. Tal vez, ahí, en ese rincón, abajo y a la izquierda,
hay quien resiste y, resistiendo, se rebela y revela. Tal vez…
“Son
las voces, los brazos y los pies decisivos,
y los rostros perfectos, y los ojos de fuego,
y la táctica en vilo de quienes hoy te odian
para amarte mañana cuando el alba sea alba
y no chorro de insultos, y no río de fatigas,”
y no una puerta falsa para huir de rodillas.”
Declaración
de Odio. Efraín Huerta (1914-1982).
Desde las Montañas del Sureste
Mexicano.
El Capitán.
México, Julio del 2025.
Audio: Voz y palabras de Eduardo Galeano, fragmentos de los textos «Los Ausentes», «El disfraz de la guerra», «Educación y Cultura» y «El Mundo». Entrevista de Mundo Untref, 2012.
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