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POSDATAS 3
III.-
POSDATA PATRIÓTICA
Una pesadilla con escudo, himno y bandera (y, claro, CURP biométrico).
Vamos a suponer un
escenario ficticio: las posiciones que las fuerzas armadas norteamericanas han
tomado en la frontera con México y en aguas del Golfo de México y del Pacífico,
no son para amenazar, presionar o vigilar a los cárteles. Tampoco para
escaramuzas o golpes de mano de entrada por salida en contra de algún
cártel. La disposición estratégica de esas fuerzas es para una invasión.
Si esto fuera así,
entonces las referencias al himno nacional serían más bien algo retórico.
Un llamado a la unidad nacional, como en los tiempos de Luis Echevarría Álvarez
y José López Portillo.
Siempre siguiendo con
el supositorio, entonces se esperaría que los malos gobiernos empezarían
preparativos: se activaría el Servicio Militar Obligatorio y se instruiría a la
población civil en el manejo de armas de fuego, construcción de defensas, usos
de abrigo y cubierta, conocimiento del terreno, cadena de mando. Claro,
para eso habría que dotar a la población civil de armamento, por muy
rudimentario que éste sea. Y las fuerzas armadas reorientarían sus
acciones a la preparación de la defensa.
La prueba de que esto
es impensable para los gobiernos es que precisamente la llamada ley de la
guardia nacional aprobada iría en sentido contrario. Toda la estructura y
estrategia de las fuerzas armadas en México estarían, en lo militar, dispuestas
no para el control interno, sino para la defensa frente a un ataque del
extranjero. Y los ejércitos no estarían diseñando, construyendo y
administrando los megaproyectos de la propaganda oficialista de la 4T.
Supongamos que el señor
Trump no se conforma con doblegar a México con aranceles, cierres selectivos de
fronteras, y con medidas comerciales y financieras. Supongamos que el
Trump es alguien ansioso por darse a notar, por “pasar a la historia” (¿les
suena?). Supongamos que no le interesa un dominio discreto y callado de
su objetivo, y que necesita alardear y piensa que nada mejor que las armas para
hacerlo. Supongamos que el Trump es un “buleador” que no
sólo necesita humillar a su objetivo, necesita que se vea, que esa acción
cobarde “sirva de lección”. Claro, inteligente no es, pero tiene el arma
cargada y apuntando.
¿Con qué contaría a su
favor?
Un punto esencial de
una invasión es tener una casus belli, un motivo pues, para
esa guerra.
Eduardo Ramírez
Aguilar, quien dice gobernar el suroriental estado mexicano de Chiapas, les
habría dado ya, a los gringos, la pauta a seguir en esta situación
hipotética. Sus fuerzas armadas locales invadieron momentáneamente el
vecino país de Guatemala y él inmediatamente justificó la torpeza acusando a
ese gobierno… de complicidad y de proteger al crimen organizado (lo mismo que
dicen los gringos respecto a México). Claro que le dieron su coscorrón
desde el centro, pero el mal estaba y está hecho.
Con su nueva
prerrogativa, las fuerzas militares, en lugar de espiar a quienes critican y se
oponen a la 4T, recabaría información sobre el terreno y de las capacidades
militares del probable agresor.
Por su parte, la parte
agresora recabaría la información necesaria sobre el objetivo de la
invasión. Y, como se ha visto, pesaría más la información sobre el
carácter del enemigo, su sicología, su modo pues.
Otro elemento para
considerar en esa supuesta invasión sería si tiene apoyo local en el territorio
invadido.
Porque, a diferencia de
Ucrania y Palestina, donde no apareció -o no ha aparecido todavía-, un Juan
Guaidó como en Venezuela, en México sí hay quien suspira y aspira a ser parte
de la Unión Americana.
La ultraderecha (también
conocida como “la oposición”) quiere hacerse notar. La alharaca que arman
los siete días de la semana no tiene como destinatario al votante. Éste
ya está militando en el oficialismo con el pago de los cada vez más raquíticos,
a la hora de llegar al destinatario, apoyos sociales.
Se equivoca el
oficialismo al festinar que la histeria de la derecha no produzca ningún efecto
apreciable en lo que le importa: las votaciones.
La ultraderecha no hace
berrinche y patalea para que la gente de México le mire. Es para que en
“el norte revuelto y brutal” la tomen en cuenta.
Este sector, aunque
pequeño en número, es bastante “ruidoso” en medios de comunicación. Sin
embargo, tendría al menos dos problemas:
Uno es el cuándo
exponerse como lo que son. Y cuando dicen, en sus sobremesas, “México no
será Venezuela”, lo hacen pensando en no mostrarse hasta que la bandera de las
barras y las turbias estrellas ondee sobre el antiguo Palacio de Cortés.
“No seremos Juan Guaidó, que se quedó esperando el desembarco de los marines”,
se dicen.
Pero, dos, el problema
más grande que tienen sería decidir quién sería quien recibiría como anfitrión
al invasor. Y en su afán de tomar la delantera, se
revelarían. ¿Alito? ¿Anaya? ¿Salinas Pliego? ¿Un triunvirato?
Esto último tiene el encanto de lo clásico.
En general, actualmente
la 4T le debe mucho a la ultraderecha. Sus eructos mediáticos le dan
cohesión interna, discurso patriotero y munición para las mañaneras y los
cagatintas afines.
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Y en esto, la mirada al
pasado, la ultraderecha coincide con el oficialismo (Partido Movimiento de
Regeneración Nacional, Partido Verde Ecologista y el Partido del Trabajo -los 3
con la paradoja en sus nombres-).
Una y otra vez, en la
escuela de cuadros de esos partidos, o sea en la “mañanera”, se repite que el
pasado prehispánico fue esplendoroso (en realidad, se refieren a su adoración
por el imperio azteca -que eso fue, un imperio-). Por eso rescriben la
historia para acomodarla a su contentillo.
Mientras en la
ultraderecha suspirarían por ver marchar al ejército norteamericano sobre
Reforma, en el oficialismo unos soñarían con que sea el ejército ruso; otros el
chino, y, bueno, el PT anhelaría la llegada del ejército de… ¡Corea del Norte!
En la ultraderecha y el
oficialismo la disyuntiva sería quién estaría en la parte más alta de la
pirámide. Un cambio en la parte superior de la pirámide o un cambio de
pirámide, pues.
En esta situación
hipotética, ¿imagina usted a los próceres de la 4T empuñando un FX-05 Xiuhcóatl (Serpiente
de Fuego) calibre 5.56 mm? ¿Los imagina enfrentando con sus heroicos
pechos las balas del invasor? ¿O los imagina corriendo a
esconderse? Oh, oh, en este escenario hipotético no hay donde
meterse. A menos que cambien de bando…
Cierto, tiene usted
razón: ¡qué bueno que esto no va a suceder! No hay nada en el horizonte
que haga suponer algo parecido. Son sólo ganas del Capitán de incordiar y
arruinar la comida.
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Si se mira a la clase
política, este país llamado México es un país con muchas mentiras. Muchos
jefes -y jefas, según-. Sobran generales, falta tropa. Cada uno o
una con su propia guerra para subir en la pirámide. Sus llamados a la
unidad nacional son inútiles porque ni siquiera pueden unir a su organización
partidaria.
Además:
corrupción, ineficiencia e incapacidad (por ejemplo, frente a inundaciones y
sequías), demagogia refrita, indigenismo de escaparate, voces “independientes”
a sueldo: freelances y sicarios en la mañanera, las
columnas especializadas, la institucionalización de las trampas (porque un
acordeón es una vieja trampa escolar).
Mientras, como señal de
cambio, el país pasa de ser un cementerio clandestino a una zona de
desapariciones. Y se celebra como avance: “han disminuido las muertes
violentas”, aunque ahora aumentan las desapariciones. El No Lugar como patria
con CURP biométrico.
-*-
Dudas:
1.- ¿Entonces lo que había que
sembrar era maíz y frijol y no arbolitos comerciables?
2.- En consecuencia, ya que el
oficialismo reconoce destrucción de la naturaleza con el Tren Maya (“no vamos a
tumbar ni un árbol”, dijo el Supremo), y acorde con la política exterior de
exigir disculpas, ¿le van a pedir perdón a las personas de “Sélvame del
Tren” por los insultos, acosos y presiones, y a reconocer que tenían
razón en sus denuncias? ¿Y a las comunidades originarias afectadas?
3.- Ah, ¿entonces no fue
cierto que terminaron con el llamado huachicol?
4.- La situación actual,
¿significa que la política de “abrazos y no madrazos” no valió ídem?
5.- ¿Entonces el Salinas
“bueno” (Ricardo Salinas Pliego) no es tan bueno, y fue un error financiarlo
con la administración de los programas del Bienestar en los primeros años del
sexenio pasado? ¿Ahora el Salinas “malo” (Carlos Salinas de Gortari)
pasará a ser “el licenciado Salinas”?
6.- ¿Por qué sí hay tiempo,
disposición y “buena voluntad” para recibir al paradójico Carlos Slim, al
secretario de Estado gringo y a los grandes empresarios (pura gente bonita,
oiga), pero no para recibir a la CNTE y las madres buscadoras? ¿Porque
son feas y feos? ¿Porque son
“come-cuando-hay-y-cuando-no-pos-no-oiga”? Ah, ¿por qué están en la base
de la pirámide?
7.- Al acusar al inefable
Alfonso Romo de lavado de dinero, ¿el gobierno gringo demuestra que aprendió
del crimen organizado? ¿Así como, para advertir a Clara Brugada que no se
salga de la vía del tren, le asesinan a dos colaboradores? ¿O para quién
es la advertencia?
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Pero no todo es el
desfiguro de la clase política nacional e internacional allá arriba.
Abajo…
Hay quien busca y,
aunque tarde, no se rinde, no se vende y no claudica.
Hay quien no mira hacia
arriba, sino que mira el espejo.
Hay quien, viéndose en
otros, otras, otroas, se encuentra.
Porque “en el
planeta entero nacen y crecen rebeldías que se niegan a aceptar los límites de
esquemas, reglas, leyes y preceptos. Porque no son sólo dos los géneros,
ni siete los colores, ni los puntos cardinales son cuatro, ni uno el mundo”
(Semillero Comandanta Ramona, el 9 de agosto del 2018).
Desde las montañas del Sureste
Mexicano.
El Capitán.
México, ya en Julio del 2025.
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