lunes, 15 de noviembre de 2010

La Geografia Según el Viejo Antonio

Donde viven nuestros muertos. (La geografía según el Viejo Antonio)

Septiembre. Llueve. Los caminos reales son ahora pequeños arroyos momentáneos. Los piques una sucesión de charcos mal contenidos por milpas, acahuales y árboles deslavados. Como si estuviera aún lejana, una voz se escucha:

Vengo llegando. Como puedo me arrincono junto al fogón. Aunque estoy empapado, he logrado poner a salvo el tabaco y algunas hojas de doblador. Apenas si doy un sorbo al café que la Juanita me pasa con su mano llena de calendarios pasados y por venir. Con paciencia y empeño, como de por sí, me forjo un cigarrillo y lo enciendo con un tizón.

Mi nombre es Antonio, pero creo que eso ya lo saben. El Sup me dice “el Viejo Antonio”. Aunque ya estoy difunto, cada tanto me da por aparecer para contar historias ya pasadas. Con el Sup nos conocimos hace ya muchas lluvias y él seguido viene a hacerme preguntas que yo respondo con otras preguntas… o con historias.

Casi siempre, después de encenderme el cigarro, sigue la palabra. El Sup a veces saca su pipa… pero no siempre… y es que seguido se le moja el tabaco por sudor… o por lluvia… o por amores… o porque al cruzar el vado del río, la corriente lo tumba y lo hace dar maromas… y llega a la champa chorreando agua… y entonces, como a mí, la Juanita le arrima un banquito junto al fogón y le da café… Bueno, pues les decía que, después de encender el cigarro, debiera seguir la palabra. No una palabra dura como las que usan ustedes los ciudadanos, sino sencilla y humilde… como de por sí somos nosotros.

Pero ahora no sigue la palabra… sólo me quedo viendo como la serpiente de humo se enrosca y se confunde con el humo del fogón.

Así tardo, fumando y tomando café. Y es porque el humo no va a traer una historia pasada, sino una por hacer todavía. Y las historias por hacer hay que callarlas mucho antes de hablarlas. Así es de por sí acá abajo. En cambio allá arriba hay mucha bulla… ruido… palabras duras de entender… y vacías.

Les estaba diciendo que yo ya estoy finado. Me morí por allá del 94. Muchos no se acuerdan o se hacen patos, pero ese año nos alzamos contra los malos gobiernos. Y aquí sigo… aquí seguimos.

“Finado” quiere decir muerto. Aunque acá nuestros muertos viven. Viven, sí, pero no porque lo deseemos, que de por sí… no porque guardemos su memoria, que de por sí. Viven porque nos han dejado un debe, un pendiente, un algo que debemos hacer.

Por eso cada tanto hay que ir donde viven nuestros muertos para seguir agarrando el compromiso de cumplir ese debe. Y sólo ahí es donde se sabe el lugar y la hora, el cuándo y el dónde, o, como dicen ustedes los ciudadanos, el calendario y la geografía.

No es en las fechas ni en los lugares de arriba.

Es acá abajo donde está nuestra geografía.

Es donde viven nuestros muertos.

Antonio, el Viejo Antonio.
Septiembre del 2010.

lunes, 8 de noviembre de 2010

De calendarios y geografías I.

Los calendarios según Don Durito de la Lacandona.

Para l@s de arriba, el calendario está hecho de pasado. Para mantenerlo ahí, el Poder lo llena de estatuas, festejos, museos, homenajes, desfiles. Todo con el objetivo de exorcizar ese pasado, es decir, de mantenerlo en el espacio de lo que ya fue y no será.

Para l@s de abajo, el calendario es algo por venir. No es un montón de hojas desprendidas por el hastío y la desesperanza. Es algo para lo que hay que prepararse.

En el calendario de arriba se celebra, en el de abajo se construye.

En el calendario de arriba se festeja, en el de abajo se lucha.

En el calendario de arriba se manipula la historia, en el de abajo se hace.

En el calendario de arriba los premios compran conciencias y palabras, en el de abajo se calla.

En el calendario de arriba la gris mediocridad es reina y señora, en el de abajo se pintan todos los colores.

En el calendario de arriba sólo hay desprecio para l@s de abajo y creen que pueden hacerlo impunemente.

En el calendario de abajo hay rabia contra l@s de arriba.

Así será hasta que otro calendario se escriba donde debe de escribirse, es decir, abajo.

Agosto del 2010.
México.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Mictlan en Rebeldía

"No es en las fechas ni en los lugares de arriba.
Es acá abajo donde está nuestra geografía,
es donde viven nuestros muertos".
El viejo Antonio