viernes, 11 de julio de 2025

3 posdatas 3 V.- DE GATOS Y PIRAMIDES

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V.- DE GATOS Y PIRAMIDES.

  Sigamos con los mundos paralelos.

  Lo mismo puede suceder con las pirámides sociales.  En uno de los mundos la parte de arriba está ocupada, digamos, por personas de tez clara, y en la parte de abajo están las de tez oscura.  En otro mundo paralelo, es lo contrario: las de la parte superior son de tez oscura y las de la parte inferior son de piel clara.

  Puede ensayar las alternativas a su antojo: arriba varones, abajo mujeres; caxlanes arriba, indígenas abajo; heteros arriba, LGBTQI+ abajo: arriba ricos, abajo pobres; poseedores arriba, desposeídos abajo, y viceversa.  Así podrá usted acomodar las distintas alternativas de planteamientos de análisis teórico y de propuestas políticas.

  Ahora bien, si una persona de uno de los mundos se asoma al otro paralelo (y contrario contradictorio, agrego), concluirá que en ese mundo la pirámide está invertida.  En ese otro mundo los indígenas están arriba y los caxlanes abajo; las mujeres dominan a los hombres; los “frijoleros” discriminan a los anglos; los latinos conquistan y subyugan a los europeos; las LGBTQI+ hacen escarnio, atacan y asesinan a los heteros; los trabajadores explotan a los patrones; los políticos cumplen sus promesas (ok, ok, ok, dudo que ese mundo exista); los criminales son castigados y los inocentes son libres; etcétera.

  Para muchas teorías o “ciencias sociales” la pirámide de su mundo puede ser “natural” y “humana”.  “Es natural que existan personas que tengan riquezas y personas que no las tengan”; “es natural que manden quienes tienen los conocimientos y que obedezcan los ignorantes”; “es natural que el ejército con mejor armamento derrote al ejército más débil”; “es natural que la gente bonita mande y la fea obedezca”; “es natural que el hombre domine a la mujer”; “es natural que los heteros violenten a loas otroas”; “es natural que los caxlanes discriminen a los de otras razas”.  Claro, usted puede dar ejemplos que contradicen esa “naturalidad”, pero estoy siendo simplista.

  En torno a esa “naturalidad” se construye no sólo un sistema político.  También una serie de “evidencias” que se manifiestan en el todo de una sociedad: en la familia, la escuela, el trabajo, la riqueza, la pobreza, la delincuencia, la anormalidad, la lengua, el modo, la comunicación, la relación con lo otro y con la naturaleza, … y la militancia.

  Se construye de esta forma algo así como el “algoritmo” de la sociedad.  Una serie de creencias y referentes para lo bueno y lo malo, lo bonito y lo feo, lo masculino y lo femenino, y así.  “Evidencias” reforzadas por los medios de comunicación y la interacción social en redes y espacios de estudio, trabajo, transporte, política, activismo, reposo y esparcimiento.

  En fin, la vida, la muerte… y la desaparición.  Porque el sistema ha creado un nuevo estado de existencia de las personas: hay vivas, hay muertas y hay desaparecidas (ni vivas ni muertas).  Así, sin necesidad de Schrödinger y su gato.

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  La pirámide invertida es la base de las propuestas de las vanguardias, las transformaciones, las evoluciones y las revoluciones.  En la pirámide, arriba hay pocas personas y abajo hay muchas, pero las de arriba poseen muchas riquezas, y las de abajo no.  La propuesta es “voltear” la pirámide: que los que no tienen riqueza y están abajo, pasen a la punta de la pirámide, desplazando hacia abajo a los que detentan las riquezas.

  A primera vista, la inversión de la Pirámide, voltearla pues, suena bien.  Quienes siempre han estado abajo, tendrán su oportunidad de estar arriba.  Y quienes están arriba, tendrán que sufrir las condiciones de abajo.

  El asunto es que, como son muchos los que están abajo, será difícil que se tomen decisiones, entonces aparece la representación, y para eso está la vanguardia, el partido político.  Ocurrirá que la pirámide no se “volteó”, sino que se reprodujo con otra nomenclatura: las burocracias hechas partidos políticos buenos, malos o peores.

  Además, claro, que los poderes “alternos” (Capital y Crimen Organizado), se mantienen en su posición, renovando sus acuerdos y relaciones con la “nueva” parte superior de la pirámide.

  Las propuestas políticas de las distintas vanguardias tienen en común la misma oferta: puesto que los de arriba tienen y los de abajo no tienen, entonces lo que hay que hacer es voltear la pirámide.

  Para esta “inversión” -en realidad es un relevo de capataces-, es necesario el holograma del “Estado Nación”.  Si la justicia, la seguridad, la honestidad y la capacidad están ausentes, pues ahí está el equipo deportivo nacional que, envuelto en la bandera oficial, se arroja al precipicio de la realidad.  Pero el “público” ya no aplaude o abuchea, ahora hace memes.

  En esos intentos de “democratizar” el cinismo y la torpeza, las propuestas políticas acuden a la creación de enemigos virtuales.  Azuzan a la piel oscura contra la piel clara, al liberal contra el conservador, al de en medio contra el de abajo y el de arriba, a la periferia contra el centro, al originario contra el mestizo, a la mujer contra el hombre, a loa otroa contra el hetero, al joven contra el adulto, al adulto contra el anciano, al latino contra el anglo, al de una nación contra el de otra, al de cualquier parte del mundo contra el gringo, al residente contra el migrante.  Y viceversa.

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  El zapatismo le concede al sistema la suficiente capacidad de destrucción como para acabar con un planeta, un mundo pues, supliendo una organización social por otra.  De hecho, el capitalismo nace de una revolución.  No son las revoluciones las que le preocupan, sino asegurarse que sigan la misma lógica piramidal: hay quien manda y hay quien obedece.

  Ahora bien, en su fase actual, el sistema está operando una transformación.  Pero no significa que vaya a desaparecer.  Más bien es un reacomodo, una adaptación a las nuevas condiciones de lo que algunos llaman “sistema mundo”.

  Si el capitalismo apenas está tomando conciencia de la destrucción irreversible que ha provocado, no viene al caso, o cosa, según.  Pero, frente a esto, ensaya o intenta diversas rutas.

  Una es volver al pasado.

  No sólo nos referimos al proceso de acumulación originaria, donde el sistema nace, crece y se consolida por el despojo mediante guerras (algo que suelen olvidar los teóricos e historiadores).  Sino a una suerte de salto imposible hacia atrás, eso que significa tratar de reconstruir el llamado “Estado Benefactor” o “Welfare State” (un redivivo Keynes del Bienestar).  Es decir, un Estado igual de represor y reaccionario, pero con tintes de justicia social o, si se quiere, de programas sociales que atenúen la carga del piso inferior de la pirámide, de su base.  Pero la maldita realidad, no abandona su posición reaccionaria y, tarde o temprano, rompe las paredes de esa pirámide.  Así, la “Regeneración” se convierte en un reciclado de cuarta.

  Está también el intento de “engrosar” (o “engordar”) las clases medias que, como su nombre lo indica, estarían entre la parte más alta de la pirámide y el basamento.  Estas partes “medias” sobreviven con el empeño de subir más escalones en la pirámide, y con el terror de que la base no soporte más o no se pueda controlar su estallido y se rebele y revele.  Para una y otra cosa, recurren al partido vanguardia.  Para controlar, ralentizar o de plano extinguir las rebeliones; y para escalar, mediante puestos y ventajas, en la escala social.  Los ultras de ayer son los funcionarios “realistas” de hoy.  Las clases medias son la cantera del Mandón.

  Por eso el pánico que tienen sus voceros frente a los vidrios rotos, los paros, los bloqueos, las marchas, las huelgas, las tomas, los gritos, las acciones, y esas cosas feas que hacen los sucios, feos y malos de la historia -que no aparecerán en los libros de educación básica-.  ¿Su facilidad para “conmoverse” con las guerras “lejanas”?  Bueno, pues es porque creen que eso sólo pasa en otras pirámides.

  Pero, contra las evidencias periodísticas, artículos de opinión y sesudos análisis geopolíticos, hace tiempo que el gran capital no es nacional.  Es decir, no se refiere a una geografía.  Más bien tiene que ver con su lugar en la economía mundial.  El gran capital, el Mandón pues, no se pregunta qué hacer en Medio Oriente, en Europa Oriental, o en las distintas banderas, escudos oficiales, himnos y equipos deportivos.  No, el gran capital se pregunta qué hacer y cómo, pero en todo el planeta.

El gran capital no se pone aún de acuerdo, pero sus mentes pensantes prevén que ya es irremediable lo que se viene y hay que saquear lo más posible.  Y para esto no importan los organismos internacionales, las leyes… ni las naciones.

  Las distintas derechas, incluido el progresismo, se disputan los favores del gran capital.  Como dos hermanos, pelean por la caricia del Mandón.  Y usan lo que pueden.  Unos y otros se acusan con grititos histéricos: unos advierten de la venida del comunismo; los contrarios, de la resurrección del fascismo.  Unos y otros se ofrecen a mantener controlada la base de la pirámide.  Unos a golpes.  Los otros también.

  Pero unos alardean, mientras los otros ponen cara de “eso es herencia de un pasado que no volverá” y, no sin gestos de asco, arrojan limosnas a la base de la pirámide.  Limosnas que se transfieren al Crimen Organizado por extorsiones de las mismas autoridades que controlan los programas sociales y los administran a cambio de votos.

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  Mientras tanto, una palabra que sintetiza muchas cosas que deberían avergonzar a la parte superior de la pirámide, reitera su vocación de vida libre: Palestina.  Hoy Palestina define el verdadero objetivo de la pirámide, la caja mortal prometida para los pueblos del mundo.

  Hay palabras quedas que caminan sismos, que navegan tempestades, que vuelan huracanes.  Sólo de madrugada se escuchan, cuando en la duermevela todo duele.  Entonces llegan y su murmullo rasga la piel de la memoria.  Una cicatriz, sangrante aún, es lo que queda.  “Gaza” es una de esas palabras, una que indigna, que rebela, que revela.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.



 

 





El Capitán.
Julio del 2025.

 

 


3 posdatas 3 IV.- DE GATOS Y CAJAS. (oh, lo sé. Había dicho que eran 3 posdatas 3, pero… ¿no eran 4 los Tres Mosqueteros? … ok, ok, ok, mentí: no son 3, son …)

3 posdatas 3

IV.- DE GATOS Y CAJAS.

(oh, lo sé.  Había dicho que eran 3 posdatas 3, pero…
¿no eran 4 los Tres Mosqueteros? … ok, ok, ok, mentí: no son 3, son …)

  Una paradoja de la paradoja de Schrödinger

  Erwin Schrödinger (Austria-Irlanda. 1887-1966), quien parece que no era muy afecto a los felinos caseros, propuso un ejercicio teórico para la física cuántica.

  El planteamiento es sencillo, aunque sus implicaciones son muy complejas.  Dentro de una caja han metido un gato. La caja tiene un dispositivo que, sin tiempo definido, libera una suerte de mecanismo letal y el gato morirá.  Como la caja es hermética, no se sabe si el gato está vivo aún o ya pereció.  Hasta que la caja se abre, se confirma una posibilidad o la otra.  El momento previo, cuando no sabemos si está vivo o muerto, supone que hay dos mundos o dos universos simultáneos.  En uno el gato está ya muerto, en el otro está vivo aún.  Un mecanismo mortal activado y sin activar; un gato vivo y muerto a la vez; una superposición de estados según la física cuántica.

  Dejemos, por ahora, de lado las referencias a los multiversos de los comics y las consecuencias en la física cuántica.  Dejemos de lado también la animadversión de don Schördinger respecto a los gatos, y que es obvio que no conocía mucho de esos felinos (cualquiera que haya lidiado con ellos sabe que no se dejarían atrapar, y mucho menos permitir que los encierren, sin protestar y sin defenderse -más aún si se trata de un… gato-perro -).  Tampoco nos fijemos mucho en que el gato está preso y condenado a muerte, a menos que alguien tenga a bien abrir la caja cuando el mecanismo mortal no se ha activado, y el gato salte y se libere de la prisión.

  Se supone que este ejercicio teórico, sería una base para mostrar que son posibles mundos en varios universos, es decir, en un multiverso (aunque también es para mostrar que las leyes de física cuántica no aplican en lo cotidiano).

  Hasta donde mi limitado conocimiento de los comics me permite, entiendo que, en esos mundos diversos, sigue prevaleciendo el individuo, pero en diferentes versiones.  En un mundo, Sheldon Cooper (serie televisiva “The Big Bang Theory”), es un científico con problemas para relacionarse socialmente.  En otro es un mujeriego irredento.  En uno más es un juez “popular” del sistema judicial en México (oh, lo sé, mi perversidad es sublime).

  Y esta digresión que, eso espero, desconcierta, viene al caso, o cosa, según, de que aún con la capacidad imaginativa para plantear la existencia simultánea del gato vivo y el gato muerto, no se plantea la posibilidad (o el universo) de que haya uno o varios gatos que se nieguen a entrar a la caja.  Y tal vez con el agravante de que el supuesto gato en realidad sea un gato-perro.

  Al señalar unas posibilidades, se omiten otras.

  Cuando se habla del sistema capitalista, las diferentes propuestas se refieren a lo que pueden hacer para mejorar las condiciones del gato encerrado en la trampa, para alargar su vida (o sus posibilidades de vida), o para “humanizar” el dispositivo mortal.

  Es, digamos, lo que plantea el progresismo.  ¿Definición de progresismo?  Bueno, quienes son de izquierda hasta la víspera de convertirse en gobierno y tener un puesto, cargo, paga pues.  Entonces dejan de ser de izquierda, se convierten en oficialismo, y disfrazan su pragmatismo (que los lleva a aliarse y hermanarse con sus enemigos de la víspera -y a distanciarse de su pasado social-), de “realismo político”.  Es, entonces, una izquierda agradable al capital.  Es decir, una derecha “cool”, bonita, recatada y ruborosa.

  En este caso, el progresismo promete, en la víspera, liberar al gato de su prisión.  Luego, como no puede o no quiere hacerlo, “cambia” su propuesta: “voy a hacer que estés más cómodo”; “voy a conseguir mejores condiciones para tu muerte”; “voy a luchar para que el mecanismo mortal no se active muy rápido”.  O, puede, en cambio, exhortar al prisionero a aguantar, ya que tiene el 50% de probabilidades de sobrevivir temporalmente.  Preso, sí, pero vivo.

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  El sistema capitalista es esa caja.  Dentro de ella, multitudes esperan, sin saberlo, que se active el mecanismo asesino.  Guerras, hambrunas, catástrofes “naturales”, asaltos violentos, asesinatos, arbitrariedades gubernamentales, destrucciones que habrán de solucionar el enigma: “¿vivir o morir?”.

  En la caja hay quien tiene el delito de ser mujer, niño o niña, joven, anciana, otroa, de piel oscura, de modo originario, con lengua extranjera en su propia tierra, etcétera.  No importa su condición, género, raza, ideología, religión, modo, estatura, complexión física: esa persona está dentro de la caja y está sujeta a esas leyes mortales.

  No sólo sin posibilidad de salir, también sin imaginar siquiera que otro mundo exista allá afuera.

  La opción para retrasar la muerte o mejorar las condiciones de la condena, es la sumisión y la aceptación a ser parte del escaparate de “cosas raras” que el sistema exhibe para esparcimiento de sí mismo.  Mujer, Otroa, Originario, Raza, Barrio, Nacionalidad, cada “rareza” tiene su lugar en la tienda de curiosidades si se porta “bien».  Si no, bueno, la “mano invisible del mercado” accionará la palanca exterminadora.

  Ejemplo: el delito de nacer, crecer y luchar en tierras palestinas es no aceptar ser parte de la vitrina del capital.  Y resistir y rebelarse contra la máquina.  La máquina quiere un centro recreativo en Gaza y le estorba la civilización palestina, el pueblo palestino lucha por un territorio para vivir.

  Palestina es el mejor ejemplo de la crisis terminal de los llamados “Estados Nacionales” y sus gobiernos.  No ellos mandan, sólo obedecen a conveniencia.  Son incapaces de presentar una política exterior independiente, digna y consecuente.

  Y en al asesinato masivo en marcha, la complicidad y omisión de los gobiernos del planeta (salvo algunas excepciones), es patética.  Las policías de los distintos gobiernos europeos y americanos reprimiendo las manifestaciones por el cese al genocidio en Palestina, son el mejor discurso sobre el “humanismo” occidental.

  En el mundo de arriba, los gobiernos europeos son la corte ociosa e inútil del rey en turno.  Rusia y China son los condes y duques conspirando para el regicidio, y ofrecen un monarca alterno.  El resto de los gobiernos nacionales en el mundo, salvo quienes se han manifestado claramente en contra, son los pajes afanosos, estresados por las continuas demandas y hostigamientos de la familia real.

  ¿Quiénes contemplan, operan, se divierten y hacen apuestas sobre lo que ocurre en la caja?  Los grandes capitales financieros, comerciales, industriales y, ahora, digitales y aeroespaciales.

  Los gobiernos del mundo, en su mayoría, sólo son los boleteros de las apuestas, los “brokers” en las bolsas de valores donde las guerras siempre están al alza, y la vida de abajo… a la baja.  Y, como los Mileis que en el mundo son y serán, son a quienes se manda a comprar y servir el vino que presidirá los banquetes monárquicos (la motosierra es un detalle autóctono).

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  Sin embargo, hay quien o quienes se plantean otra posibilidad: no entrar a la caja o salirse de ella.

 Más aún, hay quienes cuestionan la caja misma, su existencia eterna y omnipotente; y su pretensión de ser el único universo que tolera la existencia, dentro suyo, de la diversidad, de varios universos o multiversos… domesticados.

  Esas personas que se plantean eso son lo que los zapatistas llamamos “resistencia y rebeldía”.  Resistencia para entrar a la caja o, si se está adentro, Rebeldía para luchar por salir.

  Resistencia y Rebeldía que se plantea la destrucción de la caja, de la lógica que la creó y de la creencia de que no es posible “otra cosa”.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.




 





El Capitán.
Julio del 2025.

 

 


miércoles, 2 de julio de 2025

3 POSDATAS 3 III.- POSDATA PATRIÓTICA Una pesadilla con escudo, himno y bandera (y, claro, CURP biométrico).

3 POSDATAS 3

III.- POSDATA PATRIÓTICA
Una pesadilla con escudo, himno y bandera (y, claro, CURP biométrico).

  Vamos a suponer un escenario ficticio: las posiciones que las fuerzas armadas norteamericanas han tomado en la frontera con México y en aguas del Golfo de México y del Pacífico, no son para amenazar, presionar o vigilar a los cárteles.  Tampoco para escaramuzas o golpes de mano de entrada por salida en contra de algún cártel.  La disposición estratégica de esas fuerzas es para una invasión.

  Si esto fuera así, entonces las referencias al himno nacional serían más bien algo retórico.  Un llamado a la unidad nacional, como en los tiempos de Luis Echevarría Álvarez y José López Portillo.

  Siempre siguiendo con el supositorio, entonces se esperaría que los malos gobiernos empezarían preparativos: se activaría el Servicio Militar Obligatorio y se instruiría a la población civil en el manejo de armas de fuego, construcción de defensas, usos de abrigo y cubierta, conocimiento del terreno, cadena de mando.  Claro, para eso habría que dotar a la población civil de armamento, por muy rudimentario que éste sea.  Y las fuerzas armadas reorientarían sus acciones a la preparación de la defensa.

  La prueba de que esto es impensable para los gobiernos es que precisamente la llamada ley de la guardia nacional aprobada iría en sentido contrario.  Toda la estructura y estrategia de las fuerzas armadas en México estarían, en lo militar, dispuestas no para el control interno, sino para la defensa frente a un ataque del extranjero.  Y los ejércitos no estarían diseñando, construyendo y administrando los megaproyectos de la propaganda oficialista de la 4T.

  Supongamos que el señor Trump no se conforma con doblegar a México con aranceles, cierres selectivos de fronteras, y con medidas comerciales y financieras.  Supongamos que el Trump es alguien ansioso por darse a notar, por “pasar a la historia” (¿les suena?).  Supongamos que no le interesa un dominio discreto y callado de su objetivo, y que necesita alardear y piensa que nada mejor que las armas para hacerlo.  Supongamos que el Trump es un “buleador” que no sólo necesita humillar a su objetivo, necesita que se vea, que esa acción cobarde “sirva de lección”.  Claro, inteligente no es, pero tiene el arma cargada y apuntando.

  ¿Con qué contaría a su favor?

  Un punto esencial de una invasión es tener una casus belli, un motivo pues, para esa guerra.

  Eduardo Ramírez Aguilar, quien dice gobernar el suroriental estado mexicano de Chiapas, les habría dado ya, a los gringos, la pauta a seguir en esta situación hipotética.  Sus fuerzas armadas locales invadieron momentáneamente el vecino país de Guatemala y él inmediatamente justificó la torpeza acusando a ese gobierno… de complicidad y de proteger al crimen organizado (lo mismo que dicen los gringos respecto a México).  Claro que le dieron su coscorrón desde el centro, pero el mal estaba y está hecho.

  Con su nueva prerrogativa, las fuerzas militares, en lugar de espiar a quienes critican y se oponen a la 4T, recabaría información sobre el terreno y de las capacidades militares del probable agresor.

  Por su parte, la parte agresora recabaría la información necesaria sobre el objetivo de la invasión.  Y, como se ha visto, pesaría más la información sobre el carácter del enemigo, su sicología, su modo pues.

  Otro elemento para considerar en esa supuesta invasión sería si tiene apoyo local en el territorio invadido.

  Porque, a diferencia de Ucrania y Palestina, donde no apareció -o no ha aparecido todavía-, un Juan Guaidó como en Venezuela, en México sí hay quien suspira y aspira a ser parte de la Unión Americana.

La ultraderecha (también conocida como “la oposición”) quiere hacerse notar.  La alharaca que arman los siete días de la semana no tiene como destinatario al votante.  Éste ya está militando en el oficialismo con el pago de los cada vez más raquíticos, a la hora de llegar al destinatario, apoyos sociales.

  Se equivoca el oficialismo al festinar que la histeria de la derecha no produzca ningún efecto apreciable en lo que le importa: las votaciones.

  La ultraderecha no hace berrinche y patalea para que la gente de México le mire.  Es para que en “el norte revuelto y brutal” la tomen en cuenta.

  Este sector, aunque pequeño en número, es bastante “ruidoso” en medios de comunicación.  Sin embargo, tendría al menos dos problemas:

  Uno es el cuándo exponerse como lo que son.  Y cuando dicen, en sus sobremesas, “México no será Venezuela”, lo hacen pensando en no mostrarse hasta que la bandera de las barras y las turbias estrellas ondee sobre el antiguo Palacio de Cortés.  “No seremos Juan Guaidó, que se quedó esperando el desembarco de los marines”, se dicen.

  Pero, dos, el problema más grande que tienen sería decidir quién sería quien recibiría como anfitrión al invasor.   Y en su afán de tomar la delantera, se revelarían.  ¿Alito? ¿Anaya? ¿Salinas Pliego?  ¿Un triunvirato?  Esto último tiene el encanto de lo clásico.

  En general, actualmente la 4T le debe mucho a la ultraderecha.  Sus eructos mediáticos le dan cohesión interna, discurso patriotero y munición para las mañaneras y los cagatintas afines.

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  Y en esto, la mirada al pasado, la ultraderecha coincide con el oficialismo (Partido Movimiento de Regeneración Nacional, Partido Verde Ecologista y el Partido del Trabajo -los 3 con la paradoja en sus nombres-).

  Una y otra vez, en la escuela de cuadros de esos partidos, o sea en la “mañanera”, se repite que el pasado prehispánico fue esplendoroso (en realidad, se refieren a su adoración por el imperio azteca -que eso fue, un imperio-).  Por eso rescriben la historia para acomodarla a su contentillo.

  Mientras en la ultraderecha suspirarían por ver marchar al ejército norteamericano sobre Reforma, en el oficialismo unos soñarían con que sea el ejército ruso; otros el chino, y, bueno, el PT anhelaría la llegada del ejército de… ¡Corea del Norte!

  En la ultraderecha y el oficialismo la disyuntiva sería quién estaría en la parte más alta de la pirámide.  Un cambio en la parte superior de la pirámide o un cambio de pirámide, pues.

 En esta situación hipotética, ¿imagina usted a los próceres de la 4T empuñando un FX-05 Xiuhcóatl (Serpiente de Fuego) calibre 5.56 mm?  ¿Los imagina enfrentando con sus heroicos pechos las balas del invasor?  ¿O los imagina corriendo a esconderse?   Oh, oh, en este escenario hipotético no hay donde meterse.  A menos que cambien de bando…

  Cierto, tiene usted razón: ¡qué bueno que esto no va a suceder!  No hay nada en el horizonte que haga suponer algo parecido.  Son sólo ganas del Capitán de incordiar y arruinar la comida.

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  Si se mira a la clase política, este país llamado México es un país con muchas mentiras.  Muchos jefes -y jefas, según-.  Sobran generales, falta tropa.  Cada uno o una con su propia guerra para subir en la pirámide.  Sus llamados a la unidad nacional son inútiles porque ni siquiera pueden unir a su organización partidaria.

  Además: corrupción, ineficiencia e incapacidad (por ejemplo, frente a inundaciones y sequías), demagogia refrita, indigenismo de escaparate, voces “independientes” a sueldo: freelances y sicarios en la mañanera, las columnas especializadas, la institucionalización de las trampas (porque un acordeón es una vieja trampa escolar).

  Mientras, como señal de cambio, el país pasa de ser un cementerio clandestino a una zona de desapariciones.  Y se celebra como avance: “han disminuido las muertes violentas”, aunque ahora aumentan las desapariciones.  El No Lugar como patria con CURP biométrico.

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Dudas:

1.- ¿Entonces lo que había que sembrar era maíz y frijol y no arbolitos comerciables?

2.- En consecuencia, ya que el oficialismo reconoce destrucción de la naturaleza con el Tren Maya (“no vamos a tumbar ni un árbol”, dijo el Supremo), y acorde con la política exterior de exigir disculpas, ¿le van a pedir perdón a las personas de “Sélvame del Tren” por los insultos, acosos y presiones, y a reconocer que tenían razón en sus denuncias?  ¿Y a las comunidades originarias afectadas?

3.- Ah, ¿entonces no fue cierto que terminaron con el llamado huachicol?

4.- La situación actual, ¿significa que la política de “abrazos y no madrazos” no valió ídem?

5.- ¿Entonces el Salinas “bueno” (Ricardo Salinas Pliego) no es tan bueno, y fue un error financiarlo con la administración de los programas del Bienestar en los primeros años del sexenio pasado?  ¿Ahora el Salinas “malo” (Carlos Salinas de Gortari) pasará a ser “el licenciado Salinas”?

6.- ¿Por qué sí hay tiempo, disposición y “buena voluntad” para recibir al paradójico Carlos Slim, al secretario de Estado gringo y a los grandes empresarios (pura gente bonita, oiga), pero no para recibir a la CNTE y las madres buscadoras?  ¿Porque son feas y feos?  ¿Porque son “come-cuando-hay-y-cuando-no-pos-no-oiga”?  Ah, ¿por qué están en la base de la pirámide?

7.- Al acusar al inefable Alfonso Romo de lavado de dinero, ¿el gobierno gringo demuestra que aprendió del crimen organizado?  ¿Así como, para advertir a Clara Brugada que no se salga de la vía del tren, le asesinan a dos colaboradores?  ¿O para quién es la advertencia?

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  Pero no todo es el desfiguro de la clase política nacional e internacional allá arriba.

  Abajo…

  Hay quien busca y, aunque tarde, no se rinde, no se vende y no claudica.

  Hay quien no mira hacia arriba, sino que mira el espejo.

  Hay quien, viéndose en otros, otras, otroas, se encuentra.

  Porque “en el planeta entero nacen y crecen rebeldías que se niegan a aceptar los límites de esquemas, reglas, leyes y preceptos.  Porque no son sólo dos los géneros, ni siete los colores, ni los puntos cardinales son cuatro, ni uno el mundo” (Semillero Comandanta Ramona, el 9 de agosto del 2018).

Desde las montañas del Sureste Mexicano.






 





El Capitán.
México, ya en Julio del 2025.

 


lunes, 30 de junio de 2025

3 POSDATAS 3 II.- POSDATA DE RAZAS Y OTRAS DIFERENCIAS. Un continente, muchos colores.

3 POSDATAS 3

II.- POSDATA DE RAZAS Y OTRAS DIFERENCIAS.
Un continente, muchos colores.

  Si usted pintara cada geografía con un color diferente, ¿cuál sería el elegido?

  Pongamos que, en el continente americano, usted escoge el amarillo tirando a naranja.  Es un color muy a la moda en el norte de ese continente.  Muy a tono con el ICE gringo, cuyas tropas ocultan sus rostros para no mostrar que su piel tal vez es del mismo color que sus perseguidos.  “Beaners” o “frijoleros”, es el término despectivo que usan para describir a sus víctimas.  Con esa doble referencia a lo que se come y al color de la piel.  También solían usar el de “cafecitos” (“brownies”).

  El color de la piel y las identidades culturales son, para los de arriba y sus sicarios, un recurso para identificar al enemigo a liquidar.  El ejército mexicano (hoy tan adorado por el progresismo que ayer clamaba contra él), cuando invadió territorio zapatista en 1995 -producto de la traición de Ernesto Zedillo Ponce de León en febrero de ese año-, atacaba a las comunidades para robar (como ahora lo hace la llamada Fuerza de Reacción Inmediata Pakal del gobierno estatal de Chiapas) las pocas pertenencias de los originarios.  Al invadir gritaban: “¡Pinches indios pozoleros!”

  Lo paradójico es que, cuando se desertaban, los soldados pasaban por las mismas comunidades que habían saqueado, suplicando por un poco de… pozol.

  Pero no se distraiga usted con recuerdos políticamente incorrectos hoy día.  Estamos hablando de colores de piel.

  Hay más: por ejemplo, la lengua.  Para el señor Trump es evidente que los “frijoleros” no sólo hablan muy otro el inglés, también han creado su propia lengua.

  En enero de 1994, cuando decenas de miles de federales arribaron a Chiapas para “acabar con los transgresores de la ley”, un oficial que se desertó cuando se dio cuenta de a quién perseguían, nos contó que preguntaban a los altos mandos cómo identificaban a “los zapatistas”.  Los generales respondían: “son bajitos, piel oscura, hablan mal o no hablan español, y sus ropas son muy de museo y tienda de artesanías”.  La tropa se miraba entre sí.  Eran millones quienes respondían a esa descripción.

  Traigo este recuerdo porque ése es el criterio “criminal” que usa el ICE gringo para detener, golpear, encarcelar y deportar a migrantes.

  ¿Importa que el detenido tenga papeles?  No, lo que importa es el color de su piel, su slang, argot, jerga (acá decimos “el modo”), su bigote, su ropa holgada, y que, frente a una hamburguesa y unos tacos, elige… los tacos (“con cilantro, cebolla, tomate y harta salsa por favor”).  Si además es parte del movimiento LGBTIQ+, bueno, pues es un criminal con todas las agravantes.

  En los primeros años del alzamiento, en los cuarteles del ejército federal, hacían lo posible por convencer a las tropas de atacar a los zapatistas.  Por ejemplo, les presentaban obras de teatro (un recurso pedagógico válido) donde el finado SupMarcos era gay, homosexual, puto, maricón, mariposón, mayate, muerde-almohadas, o como se les diga ahora.  Todos querían interpretar el papel del finado porque, lo que sea de cada quien, era guapo el hombre.

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  Empezamos con colores de piel, de ahí a cultura, lengua, estatura, comida, ropa, identidad sexual y afectiva, etcétera.  Agregue ahora su condición, legal o no, de tener otra geografía como lugar de nacimiento propio o de sus antecesores.  Migrante, o de padres, abuelos, bisabuelos migrantes.  Ahí tiene usted el perfil del criminal a perseguir.

  Ahora contemple cualquier geografía e identifique a las personas que cumplan con ese perfil “científico” (que apenaría a cualquier serie gringa donde la policía siempre es brillante, bonita y, sobre todo, incorruptible y respetuosa de la ley), y verá que son millones.

  Sin ir muy lejos, el gabinete de Trump tiene, en sus puestos claves, a descendientes de migrantes.  Marco Rubio, secretario de Estado, no tiene un apellido muy anglo que digamos y es hijo de migrantes cubanos.  Kristy Noem, secretaria de seguridad nacional, es de ascendencia noruega.  Sin puesto (todavía) en el gabinete, está el senador de ultraderecha Ted Cruz, de padre cubano, y se llama Rafael.  Lori Chavez, secretaria del trabajo, es de ascendencia mexicana.  Trump es descendiente de migrantes y su señora esposa es eslovena de nacimiento.

  Puesto que está difícil diferenciar con esos criterios, entonces ubiquemos el argumento reiterado: son delincuentes.  En realidad, lo que no se dice es que los toman como “potenciales delincuentes”.

  Deje usted de lado que varios de ese gabinete tienen acusaciones de abuso sexual y drogas. No está probado.  Entonces concéntrese en quienes son convictos, es decir, juzgados y declarados culpables.  ¿Lo ve?, sí, Donald Trump.

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  En cuanto a migración, los llamados, pretenciosamente, Estados Nacionales, por iniciativa propia, y coincidiendo luego con la posición policíaca norteamericana, hacen lo propio.  Al sur de la Unión Americana, México ha puesto un dispositivo criminal contra la migración que proviene de Centroamérica y, a través de ésta, de otros países.  El Instituto Nacional de Migración es una réplica, en ilegalidad, brutalidad, arbitrariedad y violencia, de la Border Patrol y el ICE de los EUA.  Y el racismo en la sociedad no se queda atrás.  Claro, con sus diferencias.  En USA los golpean, los encarcelan y los deportan.  En México los venden a los cárteles postores, los extorsionan, encierran, desaparecen, asesinan… y los queman vivos.

  En El Salvador, Bukele (formado en la escuela de cuadros del FMLN hecho partido) los encierra y televisa las condiciones en que se encuentran.  Lo que no impide que reciba su tajada del crimen organizado.

  La historia se repite en el resto de los países que tienen en esos colores oscuros su fundamento y su historia.  En el Chile progresista (já) y la Argentina de Milei, la gente de la tierra, el pueblo Mapuche, es acosado desde siglos (aunque ha salido 10, 100, mil veces vencedor).  En el Brasil progresista, en el Amazonas opera un etnocidio “silencioso”.  Geografías como Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia reprimen como pueden las protestas y rebeliones de originarios, quienes tienen el color de la tierra.

  Y sin embargo, en los escaparates del progresismo (que, paradójicamente, se empeña en reivindicar el pasado), a veces lucen sus galas algunos maniquís “indígenas” que aspiran, como servidumbre, a que su color sea tolerado en los pisos superiores de la pirámide.  O sea, como adorno de bisutería, barato y reemplazable.

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  Los Estados Nacionales nacen del despojo de riquezas.  Pero no sólo de ellas, también de identidades, diferencias y particularidades.  El Estado Nación, con el mito de la ciudadanía, impone una homogeneidad y hegemoniza.  Bandera, escudo, himno, fuerza armada, equipos nacionales de deportes, historia y lengua oficiales, moneda, estructura legal e impartición de la justicia; todo contribuye a suplantar, con una imposición violenta, las diferencias de color, raza, lengua, género y, ojo, posición social, historia y cultura.

  Es “ciudadano” el negro, el café, el amarillo, el rojo, el blanco.  Lo es el alto y el chaparro; el gordo y el flaco; el hombre, la mujer y loa otroa; el mestizo y el indígena; el patrón y el empleado; el rico y el pobre.

  En este sentido es igual el pueblo originario que es despojado de su territorio, que el que ejecuta la orden de desalojo y el funcionario “indígena” que avaló ese robo.  La mujer víctima de violencia es igual que el macho que la desaparece, asesina o agrede.  La persona transgénero es igual que el policía que se “excede” en el cumplimiento de su deber.  La empleada de una cafetería es igual que Carlos Slim.  Y así.

  Y esas “ciudadanías” se respaldan en una nacionalidad, la que, a su vez, sostiene los argumentos para genocidios, crímenes de todos los tamaños, y guerras… para eliminar a los prescindibles.

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  Si hay diferentes colores arriba, en la cúspide de la pirámide, y abajo, en la base que soporta sobre sus corazones el peso de la riqueza de los de arriba, ¿cuál es entonces la diferencia?

  El lugar en la pirámide.

  Con todas sus diferencias, particularidades, colores, quienes están en la base de esa estructura tienen en común que son desechables.  Y, por lo mismo, las guerras (en todas sus variantes) son para deshacerse de ellos.

-*-

  En todos los rincones de este planeta, incluso los más apartados, hay una pirámide mediana, grande o pequeña.  Se piensa a sí misma como eterna, poderosa e indestructible.

  Hasta que alguien dice “no más”, se hace colectivo organizado y la derriba al grito de…

¡A la chingada el pirámide!
اللعنة على الهرم
jebem ti piramidu
γαμώ την πυραμίδα
Fuck the pyramid
scheiß auf die Pyramide
fanculo la pirámide
putain la pyramide
merda á pirámide
мамка му, пирамидата
屌個金字塔
a la xingada la pirámide
ser*u na pyramidu
妈的金字塔
피라미드 엿먹어
kneppe pyramiden
do kelu pyramídu
kurat püramiidist
vittu pyramidi
joder pe pirámide rehe
לעזאזל עם הפירמידה

neuk de pirámide
baszd meg a piramis
tada leis an pirimid
fokkið við pýramídanum
ピラミッドなんてクソくらえ
pîramîdê qelandin
Pyramidem in malam rem!
Ssexsi lpiramid
xijtlasojtla nopa pirámide
knulle pyramiden
لعنت به هرم
pieprzyć piramidę
foda-se a pirámide
pirámide nisqawan joder
la dracu’ cu piramida
к черту пирамиду
је*и пирамиду
knulla pyramiden
piramiti siktir et
до біса піраміду.
piramideari madarikatua
shaya iphiramidi

-*-

  Pero, en su lugar, ¿hacemos otra pirámide?

  ¿O algo diferente?

  Tal vez en un encuentro de algunas partes del todo se insinúe una respuesta.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.



 

 







El Capitán.
Junio del 2025.

 


 

sábado, 28 de junio de 2025

3 Postdatas 3. I.-PD GLOBALIZADA. Un planeta, muchas guerras.

3 Postdatas 3.

I.-PD GLOBALIZADA.
Un planeta, muchas guerras.

Nota: Este año se cumplen 20 de la Sexta Declaración y 5 de la Declaración por La Vida.  Con la VI señalamos claramente nuestra posición anticapitalista y la distancia crítica a la política institucional.  Con el empeño de la Declaración por la Vida intentamos ampliar la invitación a una compartición de resistencias y rebeldías.  Para nuestras compañeras, compañeros y compañeroas de la Sexta y de la Declaración por la Vida han sido años difíciles, sin embargo, nos hemos mantenido sin rendirnos, sin vendernos y sin claudicar.  La tormenta ya no es un mal presagio, es una realidad presente.  Vayan pues las siguientes posdatas para reafirmar nuestro compromiso, y nuestro cariño y respeto por quienes, siendo diferentes y diversos, comparten vocación y destino según los modos, calendarios y geografías de cada quien.

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  Todas las guerras son ajenas mientras no toquen a tu puerta.  Pero la Tormenta no llama antes.  Cuando la percibes ya no tienes puerta, ni paredes, ni techo, ni ventanas.  No hay casa.  No hay vida.  Cuando se marcha, sólo queda el olor de la pesadilla mortal.

  Ya llegará el hedor del diésel y la gasolina de las máquinas, el ruido con el que se construye sobre lo destruido.  “Escuchad”, dice la bestia de oro, “ese sonido anuncia la llegada del progreso”.

  Así, hasta la siguiente guerra.

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  La guerra es la patria del caos, del desorden, de la arbitrariedad y la deshumanización.  La guerra es la patria del dinero.

  El uso de misiles, drones y aeronaves manejadas por IA no son una “humanización” de la guerra.  Más bien es un cálculo económico.  Rinde más en ganancia una máquina que un ser humano.  Son más caras, es cierto.  Pero, vamos, es una inversión a mediano plazo.  Es mayor su capacidad destructora.  Y no hay problemas posteriores con remordimientos de conciencia, veteranos lisiados física y mentalmente, demandas, protestas, “body bags” y juicios inútiles en tribunales internacionales.

  Así será hasta que el derramamiento de sangre del agresor vuelva a ser rentable.

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  Se suele calcular cuánta gente podría alimentarse con lo que se gasta en las guerras depredadoras.  Pero, además de que es inútil apelar a la sensibilidad y la empatía del Capital, no se mide bien.

  Lo que hay que cuantificar es cuanta ganancia dará el centro comercial y la zona turística cuando se erija sobre un montón de cadáveres ocultos bajo los escombros (ocultos, a su vez, bajo los hoteles y centros recreativos).  Sólo así se puede entender el verdadero carácter de una guerra.

  Los cimientos de la civilización moderna no se construyen con concreto, sino con carne, huesos y sangre, mucha sangre.

  El sistema destruye, para vender luego la reposición.  A las ciudades destruidas, se seguirá un paisaje de edificios de apartamentos, brillantes rascacielos, centros comerciales y campos de golf tan inteligentes que hasta Trump gana, mientras Netanyahu da cátedra de derechos humanos, Putin organiza carreras de osos siberianos, y Xi Jinping vende los boletos.  Un signo monetario brilla en la cima de la pirámide que congrega al culto del dinero.

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  En las últimas guerras, la soberbia Europa de arriba ha funcionado como cabeza de playa.  Algo acorde con la función de zona de recreación y entretenimiento para el Capital.  El llamado “eurocentrismo” es ya parte de un pasado nostálgico y rancio.  El rumbo de esa Europa se decide en los consejos de accionistas y los “lobbies” de las grandes empresas.  El jefe de Amazon celebra su matrimonio en la piscina de su casa de campo (Venecia), y la OTAN es la sucursal de reparto y cliente de las mercancías más rentables: las armas.

  Los gobiernos de los Estados Nacionales de ese continente se tapan el rostro modosamente ante el “Padre Padrone”, de quien sueñan independizarse alistándose en el ejército del Capital.  Ya no en un futuro, sino ahora mismo (como en Ucrania), el Capital pone las armas, Europa los muertos presentes y futuros, Putin los hologramas de una mezcla de Zarismo con URSS, y Xi Jinping afina su propuesta alternativa de pirámide social.

  Cerca de ahí, no la prole de Trump, sino los herederos de las grandes compañías sueñan con vacacionar en una Palestina libre… de palestinos.  Netanyahu, o su equivalente, será el amable anfitrión y, en las sobremesas, divertirá a los visitantes con anécdotas de infantes, mujeres, hombres, ancianos, hospitales y escuelas muertos de bomba y muertos de hambre.  “Ahorré millones usando los centros de distribución de alimentos como cotos de caza”, alardeará mientras sirve el Zibdieh.  Los comensales aplaudirán.

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  La guerra es la opción primera del Capital para deshacerse de los desechables.  Religión, corrección o incorrección políticas (eso ya dejó de importar), discursos enardecidos e historias heroicas fabricadas con IA, ceses al fuego con explosiones y disparos como música de fondo, treguas según indiquen las casas de bolsa y los precios del petróleo; todo eso no es más que la escenografía.

  Los dioses diversos simulan estar atareados abanderando muerte y destrucción de uno y otro bando.  Y el verdadero dios que todo lo puede y está en todas partes, el Capital, permanece discreto.  O no, el cinismo es ahora virtud.  Detrás de todo se esconde lo principal: el balance en la contabilidad de las grandes empresas y los bancos.

  La legislación internacional sobre conflictos militares tiene décadas obsoleta.  En las guerras modernas, la ONU es sólo una referencia para las celebraciones escolares.  Sus afirmaciones no van más allá de las declaraciones de una aspirante en un concurso de belleza: “Deseo la paz en el mundo”.

  Los ejércitos del Capital son el equivalente a los servicios de entrega a domicilio.  Y hay quien, lejos en geografía del lugar de la entrega, califica: “5 estrellas para Netanyahu”.  En la disputa por el premio al “repartidor del año”, Trump, Putin y Netanyahu puntean, cierto.  Pero el sistema siempre tendrá la opción de elegir a otros… u otras (no olvidar la paridad de género).

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  Por los medios de comunicación masiva, redes sociales incluidas, las geografías lejanas del territorio agredido, se asumen como espectadoras.  Como si fuera una confrontación deportiva, eligen su favorito, toman partido por uno y otro bando.  Aplauden a uno y abuchean al otro.  Se alegran por los aciertos y se entristecen por las fallas de los contendientes.  En los palcos de narración, especialistas aderezan el espectáculo.  “Geopolítica”, le dicen.  Y suspiran por cambiar de dominador, no por cambiar la relación en la que son víctimas.

  Olvidan acaso que el mundo no es un estadio deportivo.  En cambio, semeja un gigantesco coliseo donde las futuras víctimas aplauden mientras esperan su turno.  No son gladiadores en la antesala, son las piezas de caza que víctimas serán de máquinas de guerra.  Mientras, bots con todos los avatares e ingeniosos apodos, dirigen los aplausos, los rugidos y hurras; y, llegado su tiempo, el tañido de lágrimas y lamentos.

  Desde su palco de honor, el Capital agradece los aplausos del público y escucha lo que los espectadores gritan con mudas palabras: “Salve César, los que van a morir te saludan”.

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  Y sin embargo…

  Un día, sobre las ruinas de la historia, yacerá el cadáver de un sistema que se creyó eterno y omnipresente.  Antes de esa madrugada, hablar de paz es sólo un sarcasmo para las víctimas.  Pero ese día, el sol de oriente mirará, sorprendido, a Palestina viva.  Y libre, porque sólo libre se vive.

  Porque hay quien dice “NO”.

  Hay quien no quiere cambiar de patrón, sino no tener patrón.

  Hay quien resiste, se rebela… y se revela.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.



 






El Capitán.
Junio del 2025.

 

 

martes, 10 de junio de 2025

COMO MUJERES QUE SOMOS. Mujeres Indígenas Zapatistas.

 COMO MUJERES QUE SOMOS. 
Mujeres Indígenas Zapatistas.  

Imágenes de Terci@s Compas Zapatistas

 

A las maestras indígenas de la CNTE.

  En al audio de este video, se escucha una poesía que, en lengua materna de raíz maya, se presentó en el encuentro de arte “RebelArte y RevelArte”, en abril del 2025.  La poesía que presentaron las 3 jóvenas zapatistas del Caracol Jacinto Canek se llama “Soy Mujer” o “Soy Mujer Indígena”, y se hizo con un trabajo previo de investigación de lo que se platica en los grupos de como mujeres que somos en esa zona.  El poema es de las promotoras de educación de esa zona que, en común, sacaron la idea.  Hablaron, pero sobre todo escucharon a mujeres ya de edad (de juicio, como decimos acá), sus abuelas y bisabuelas; hablaron con sus madres y hermanas mayores; y se miraron en el espejo de su ser mujeres jóvenes zapatistas hoy día.  Luego buscaron quien presenta y esas jovencitas le entraron.  En el video se muestran imágenes de los cursos de Herbolaria, Parteras, Hueseras y Salud General, así como los avances en la construcción del Quirófano y taller de bicis, con la participación de compañeras mujeres zapatistas.

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  En la traducción de las compas de ese puy sería, más o menos, así:

  “Soy una mujer indígena / topando con problemas / en mi mirada se mira el brillo de la tristeza / en cada paso que doy queda una huella, una marca / de las heridas que me han- hecho, que me ha lastimado /el hombre y el capitalismo.  No es como ser mujer rica / sino que es diferente / las ricas también me miran mal / igual los hombres.  Me vestí como ellos querían / para olvidar que soy mujer que soy / el ojo del hombre / me convirtió en una cosa / que no valgo / que soy menos / que soy débil, sin fuerza / para así ser muy infeliz / así aprendí que la vida es una mierda / el sufrimiento me llevó a odiar mi cuerpo / a odiar lo que soy / a olvidar que soy bella, hermosa / eso entró en mi cabeza.  La palabra zapatista se hizo / como mi mejor amiga / o mi salvación / hoy es mi comienzo / porque aprendí / a quererme como soy / y a querer mi ser mujer / aprendí que no nací / para servir ni agradar al hombre / ni a obedecer a alguien / sino que nací para quererme y amarme / como mujer que soy / y no seré feliz hasta que me dejen de explotar.  Hoy festejo por ser mujer que soy / por mi valentía / por mi fuerza / porque he entendido que soy mujer cabal.  Ahora en adelante seré mujer / con paso firme / decidida a luchar por la vida.  Mi corazón valiente / late con fuerza de ser libre / mi corazón, coraje y fortaleza / me ayudará a ser libre / con la mariposa / seguirá adelante / con mi espíritu de lucha.”

  Pero cada oído femenino, otra poesía.

  Otras compañeras de lengua tzeltal, pero de otras zonas (el tzeltal varía de una zona a otra) explican: “lo que dice la poema es que ella estaba triste, que no pasa el día, que los ricos la desprecian por ser mujer y también las mujeres ricas la tratan como que es una cosa, no una persona. O sea que no es lo mismo ser mujer rica que ser mujer pobre.  Y no es lo mismo ser mujer de la ciudad, que ser mujer indígena.  Igual los hombres en su pueblo de lo que decimos machista.

  Entonces, como pura tristeza, ella aprendió a odiarse ella misma, así llegó en su cabeza, que odia su propio cuerpo y hasta se olvidó que es bonita.  Y entonces llegó la lucha y ahí aprendió que no queda otra más que luchar y ahora pues ya aprende otras cosas y de trabajos.  Y está contento su corazón de que sí vale, y que sí es bonita y que tiene fuerza y valentía, y por eso tiene valor como mujer.  Yo creo que esa poema la hizo una compañera.  Una zapatista pues”.

  Tal vez no muy se mira, pero cuando terminan su participación con el “¡Vivan las mujeres!”, también gritan, gritamos, “¡Vivan las mujeres Palestinas!”.

  Por ahora es toda nuestra palabra y nuestra imagen como mujeres que somos.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Mujeres indígenas zapatistas.
Junio del 2025.

 

3 posdatas 3 V.- DE GATOS Y PIRAMIDES