Otro Cine Querétaro
Invita a ver el documental
El Acordeón del Diablo
Stefan Schwietert, 2000
Lunes 27 de Enero
6:00 de la tarde
Entrada libre
Museo de la Ciudad, Querétaro
Guerrero 27, Centro Histórico
“Cuando se dice que
se lucha por el respeto a nuestro ser "diferentes" y
"otros", eso incluye la lucha por el respeto para quienes también son
"otros" y "diferentes" no son como nosotros”.
Subcomandante Insurgente Marcos
Un barco alemán repleto
de acordeones con rumbo a Argentina naufraga en una remota playa del caribe.
Los nativos, que hasta ese entonces solo habían contado con los tambores de los
africanos y sus propias flautas, aprenden por si mismos a tocar este
instrumento. Uno de ellos, de nombre Francisco Rada, adquiere singular
virtuosismo en este instrumento y alegra a su pueblo con su don. El Diablo,
celoso de sus cualidades musicales, lo reta un día a un duelo de acordeones y
resulta vencido. Por su valor, el músico es desde entonces rebautizado como
Francisco el Hombre.
Bien pudiera ser una fábula
extraída de alguna novela de Gabriel García Márquez, pero es la verdadera
historia del nacimiento del vallenato en Colombia.
Francisco el Hombre en
realidad existe, y en el año 2000 tenía 92 años y unas cualidades
interpretativas y mentales intactas. Comenzó a tocar el acordeón a los 4 años y
se le considera como uno de los fundadores del vallenato. Hizo su carrera
tocando de pueblo en pueblo y de fiesta en fiesta por unos cuantos pesos. En la
película oímos de su propia boca su historia, sus canciones, su vida personal,
y vemos su habilidad musical y la casi total pobreza en la que vive. Además
los ávidos lectores de García Márquez pueden satisfacer su curiosidad viendo en
carne y hueso a las personas y los paisajes que inspiraron la obra del colombiano.
El mismo Nobel de Literatura colombiano llegó a afirmar que “Cien años de
soledad” era “un vallenato de 350 páginas”.
¡VIVAN LAS COMUNIDADES AUTONOMAS ZAPATISTAS!
¡PRESOS POLITICOS, LIBERTAD!
¡VIVA EL EZLN!
1 comentario:
Saludos compas, aquí andamos apoyando; con un claro compromiso con la lucha diaria: ¡Viva la Sexta! y ¡Viva la Escuelita Zapatista!
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