VOTÁN
II.
L@S
GUARDIAN@S
Bueno, ahora sí sigue explicarles ya cómo va a
estar esto de la escuelita (la lista de útiles escolares, la metodología, l@s
maestr@s, el temario, los horarios, etc.), así que lo primero es…
Lo que necesita.
Lo único que objetivamente necesita usted para
asistir a la escuelita zapatista (además de ser invitad@, claro, y sus cien
pesotes para el paquete de libros-dvd) es disposición para escuchar.
Entonces no tiene por qué atender a los consejos
y recomendaciones de esas personas, por muy bien intencionadas que sean, que le
dicen que traiga tal o cual equipo, presumiendo que ell@s “sí han estado en
comunidad”.
Quienes realmente han estado en comunidad no lo
andan alardeando, y saben bien que lo que en verdad se necesita es saber mirar
y escuchar. Porque gente que ha estado para hablarnos (y para pretender
dirigirnos o para ofrecernos sus limosnas de dinero o “sabiduría”) ha habido y
habrá mucha, demasiada. Y quienes han venido a escuchar son muy
pocos. Pero de esto les platico en otra ocasión.
Así que no compre nada especial (leí que alguien
sólo tiene unos viejos tenis, chido). Traiga cualquier cuaderno y un lapicero
o lápiz. No es obligatorio que cargue usted con su computadora, esmarfon,
tableta o lo que se use ahora, pero puede traerlos si gusta. Eso sí, no
hay señal de celular en el lugar donde le tocará. Hay internet en algunos
caracoles pero su velocidad es, cómo le diré… como “pegaso”, la montura de
Durito. Sí, puede traer su como-se-llame donde escucha música. Sí,
puede traer cámara y grabadora. Sí, puede grabar y tomar fotos y videos
pero sólo según las reglas que el Subcomandante Insurgente Moisés les va a
hacer saber. Sí, puede traer su osito de peluche o equivalente.
Cosas que sí le pueden ser útiles: una lámpara de
mano. Su cepillo de dientes y una toalla (por si le dan ganas y es posible
bañarse). Al menos una muda de ropa, por si se bate de lodo. Sus
medicinas, si le son necesarias y se las ha recetado alguien capacitado.
Una bolsa de plástico para sus identificaciones y su dinero (ambas cosas
siempre tráigalas consigo –la identificación sólo se la van a pedir en el
registro para ver si usted es usted-). Otra bolsa de plástico para el
material de estudio que le van a entregar. Y su ropa (interior –si usa- y
exterior) también póngalas en bolsas de plástico.
Recuerde: puede traer todo lo que quiera, pero
todo lo que traiga lo va a tener que cargar usted. Así que nada de que
“me voy a llevar el piano por si me da tiempo de practicar el
do-re-mi-fa-sol-la”. Y no, tampoco puede traer su Xbox, ps3, wii, ni esa
vieja consola de Atari.
Lo que sí es imprescindible no lo puede adquirir,
pero lo trae ya incorporado en su persona y lo puede encontrar, partiendo de su
cuello, abajo y a la izquierda.
Bien, aclarado eso, aquí le pongo la lista de lo
que necesita para asistir a la escuelita en comunidad. Sin estos
requisitos NO SERÁ ADMITIDO:
.- Indisposición para hablar y juzgar.
.- Disposición para escuchar y mirar.
.- Un corazón bien puesto.
No importan entonces su raza, su edad, su género,
su preferencia sexual, su lugar de origen, su religión, su escolaridad, su
estatura, su peso, su apariencia física, su equipo, su “antigüedad” mirando al
zapatismo,… ni su calzado o descalzado.
Ah, eso sí, no traiga sus zapatos de tacón de
aguja que sí, se le ven muy bien, pero los va a romper cuando dé sus primeros
pasos en el…
El Espacio Escolar y el horario.
Según nosotras las zapatistas, los zapatistas, el
lugar de enseñanza-aprendizaje, la escuela pues, es el colectivo. Es
decir, la comunidad. Y l@s maestr@s y alumn@s son quienes forman el
colectivo. Todas y todos. Así que no hay un maestro o una maestra,
sino que hay un colectivo que enseña, que muestra, que forma, y en él y con él
la persona aprende y, a su vez, enseña.
Así que, al asistir al primer día de clase en
comunidad (en las otras modalidades esto cambia), no espere usted encontrarse
con el modelo tradicional de escuela. En lo que hemos preparado para
usted, el “aula” o el “salón de clases” no es un espacio cerrado, con un
pizarrón y un profesor o una profesora al frente, impartiendo el saber a los
alumnos, que los evalúa y los sanciona (es decir, los clasifica: buenos y malos
alumnos), sino el espacio abierto de una comunidad. Y no una comunidad de
secta (acá conviven zapatistas con no zapatistas y, en algunos casos, con anti
zapatistas), ni hegemónica, ni homogénea, ni cerrada (todo el año la visitan
personas de diferentes calendarios y geografías), ni dogmática (aquí se aprende
también de l@s otr@s).
Por eso usted no viene a una escuela con los
horarios habituales. Estará en la escuela todas las horas y todos los
días que dure su estancia. La parte más importante de su estar en la
escuelita zapatista es su convivencia con la familia que la o lo recibe.
Irá con ell@s a la leña, a la milpa, al arroyo-río-manantial, cocinará y comerá
con ell@s (claro, comerá lo que no le haga daño o lo que su convicción le
indique –por ejemplo, si es vegetariano o vegano, no le darán carne, pero avise
antes porque los compas, cuando están contentos con la visita, cocinan pollo o
cuche, y la comunidad o el municipio autónomo o la junta de buen gobierno, de
repente toman de su ganado colectivo y hacen caldo para tod@s-), descansará con
ell@s y, sobre todo, se cansará junto con ell@s.
O sea que, como quien dice, en esos días usted
será parte de una familia indígena zapatista.
Y por esto mismo es que no aceptamos que alguien
venga con su casa de campaña o su casa rodante. Por eso hay un cupo
límite. Porque en estas tierras sí caben muchos, pero en las champas
zapatistas sólo caben unos cuantos. Si quiere acampar, convivir con la
naturaleza, y sus bucólicos equivalentes, bien, pero no aquí en esas fechas.
Entonces no estará usted conviviendo con su
banda, grupo, colectivo. Ni con otr@s ciudadan@s. Si viene con su
familia, su pareja o dispareja, sí estará junto a ella si así lo quiere, pero
nada más. Nada de que “los que vinimos de tal lado nos vamos a juntar
para echar bulla o para platicar o para cantar a la luz de la fogata o para lo
que sea”. Eso lo pueden hacer en sus geografías y en otros
calendarios. Aquí viene usted (o usted y su familia, pareja o dispareja)
a participar de la cotidianeidad y el saber del pueblo indígena zapatista, y,
claro, también de indígenas que no son zapatistas.
El pueblo zapatista es un pueblo que tiene la
particularidad no sólo de haber desafiado al poderoso, ni tampoco sólo el haberse
mantenido en rebeldía y resistencia por 20 años. También, y sobre todo,
por haber logrado construir (en estas condiciones que usted conocerá
personalmente) la definición indígena zapatista de libertad: gobernar y
gobernarnos de acuerdo a nuestros modos, en nuestra geografía y en este
calendario.
Sí, esto de “en nuestra geografía y en este
calendario” marca una distancia apreciable respecto a otros proyectos. No
sólo advierte que no es un modelo a seguir (a nosotr@s algunas cosas nos han
resultado, otras no), un nuevo evangelio o una moda apta para
exportación. Tampoco es un “manual de construcción de la libertad”.
Ni siquiera para todos los pueblos originarios de México, menos aún para los
pueblos que luchan en todos los rincones del mundo.
Además, mucho ojo, estamos definiendo un
tiempo. Esto que verá usted, vale para nosotr@s ahora. Nuevas
generaciones irán construyendo sus propios caminos, con sus modos propios y sus
tiempos. Un concepto de libertad no hereda esclavitud hacia sí mismo.
Porque eso es para nosotros la libertad: ejercer
el derecho de construirse uno mismo un destino, sin nadie que nos mande ni nos
diga qué sí y qué no. En otras palabras: nuestro derecho a caer y
levantarnos nosotros mismos. Y bien sabemos que eso se construye con rebeldía
y dignidad, sabiendo que hay otros mundos y otros modos, y que, así como
nosotras, nosotros, nos vamos construyendo, cada quien va construyendo su
identidad, es decir, su dignidad.
Sólo 2 veces en la semana en que convivirá con
las comunidades zapatistas, asistirá al Caracol a una reunión de tod@s l@s
alumn@s de la zona en que le toque. En esa reunión, donde estarán
reunidos muchos colores y modos de diferentes calendarios y geografías, habrá
un maestro o maestra que se dedicará a tratar de responder las preguntas o
dudas que le hayan surgido en su convivencia. Esto es porque pensamos que
será bueno para usted el conocer qué dudas tuvo, por ejemplo, quien viene de
otro país, de otro continente, de otra ciudad, de otra realidad.
Pero lo fundamental de la escuelita, lo aprenderá
usted con su…
Votán.
A lo largo de varios meses, decenas de miles de
familias zapatistas se han preparado para recibir a quienes vienen a la
escuelita a comunidad. Junto con ellos, miles de mujeres y hombres,
indígenas y zapatistas se han conformado en un Votán al mismo
tiempo individual y colectivo.
Entonces debe usted saber cuál es el lugar de Votán
en la escuelita. Porque resulta que el Votán es, como quien
dice, la columna vertebral de la escuelita. Es el método, el plan de
estudios, la maestra-maestro, la escuela, el aula, el pizarrón, el cuaderno, el
lapicero, el escritorio con la manzana, el recreo, el examen, la graduación, la
toga y el birrete.
Sobre lo que significa “Votán” (o
“Uotán”, o “Wotán”, o “Botán”) se ha dicho y escrito mucho: por ejemplo, que la
palabra no existe en lengua maya y que no es sino una palabra, mal escuchada y
mal traducida, de “Ool Tá aan”, que sería algo como “El Corazón que Habla”; que
se refiere al terremoto; o el rugido del jaguar; o el palpitar del corazón de
la tierra; o el corazón del cielo; o el corazón del agua; o el corazón de la
montaña; o todo eso y más. Pero, como en casi todo lo que se refiere a
los pueblos originarios, se trata de versiones sobre versiones de quienes han
pretendido dominar (a veces con el conocimiento) estas tierras y a sus
pobladores. Así que, a menos que tenga usted interés en elucubrar sobre
interpretaciones de interpretaciones (que terminan por ignorar a los
creadores), aquí nos referimos al significado que las zapatistas, los
zapatistas, le damos a “Votán”. Y sería algo así como “guardián
y corazón del pueblo”, o “guardián y corazón de la tierra”,
o “guardián y corazón del mundo”.
Cada uno de los estudiantes de la escuelita
tendrán un su Votán, un guardián o guardiana, no importa la edad,
género o raza del alumn@.
Es decir, además de la familia con la que
convivirán esos días, tendrán un tutor o tutora que es quien les va ayudar a
entender qué es la libertad según nosotras las zapatistas, los zapatistas.
L@s Guardian@s son personas como el común de las
personas. Sólo que son personas que se rebelaron contra el poderoso que
las explotaba, despreciaba, despojaba y reprimía, y pusieron la vida en
ello. Sin embargo, el Votán que somos no predica el culto a
la muerte, a la gloria o al Poder, sino que camina por la vida en la lucha
cotidiana por la libertad.
Su Votán personal, su Guardián(a)
le contará nuestra historia, le explicara quiénes somos, dónde estamos, por qué
luchamos, cómo lo hacemos, con quién queremos hacerlo. Le platicará de
nuestros logros y nuestros errores, estudiará junto con usted los libros de
texto, le resolverá las dudas que pueda (si no puede, para eso está la reunión
general), es quien le hablará en español (la familia con la que conviva le
hablará en lengua materna todo el tiempo), le traducirá lo que dicen en la
familia, y le traducirá a la familia lo que usted quiera decir o saber,
caminará con usted, irá a la milpa o a la leña o al agua con usted, cocinará
con usted, comerá con usted, cantará y bailará con usted, dormirá cerca suyo,
lo acompañará cuando vaya al baño, le dirá qué bichos evitar, verá que tome su
medicina, en resumen: le enseñará y cuidará.
A él le puede preguntar lo que quiera: que si
somos un engendro de Salinas, que si el SupMarcos está muerto o bronceándose en
las playas europeas, que si el SubMoy va a llegar, que si el mundo es redondo,
que si cree en las elecciones, que si le va a Jaguares, etcétera, etcétera,
etcétera. A diferencia de otr@s maestr@s, el guardián o guardiana, si no
sabe la respuesta, le dirá eso: “no sé”.
Su Votán será también su traductor
simultáneo que no necesita baterías. Porque acá, en lo posible, siempre
le hablarán en lengua materna. Sólo el guardián o guardiana puede
hablarle en castilla. Así usted calará lo que ocurre cuando un indígena
trata de hablar en la lengua dominante. La diferencia fundamental es que
usted no será tratado acá con desprecio ni burla por no entender lo que se le
dice o por pronunciar mal. Habrá risas, sí, pero de simpatía por su
esfuerzo en entender y darse a entender. Y, ojo, su Votán
no sólo le traducirá palabras, sino colores, sabores, sonidos, mundos enteros,
es decir, una cultura.
En la reunión a la que asistirá junto a sus
condiscípulos de zona, usted no podrá hacer una pregunta directa a la maestra o
maestro, sino que deberá hacerla a su guardián(a), y él-ella la traducirá al
maestro, quien responderá en lengua materna, y el guardián la traducirá para
usted. Claro que usted se quedará con la duda de si su pregunta fue bien
traducida y si la respuesta que recibe es la que dio el maestro. Pero,
¿no dicen que es justo que un indígena comparezca ante las instancias
gubernamentales de justicia con un traductor de palabras? ¿O acaso en los
juzgados se traducen culturas? Así entenderá usted que eso que llaman
“igualdad jurídica” es uno más de los esperpentos de la justicia en nuestro
mundo. ¿Dónde está la igualdad jurídica si la traducción de palabras como
“libertad”, “democracia”, “justicia” se hace con las mismas palabras de quienes
quieren esclavizarnos, despojarnos, desaparecernos? ¿Dónde la igualdad si
la acusación, el juicio y la condena la hace un sistema jurídico, además de
corrupto, impuesto con la lengua del Mandón? ¿Dónde la justicia si el
sistema que juzga está basado en la premisa del despojo cultural?
Por eso así la escuela. Por eso así el Votán.
Porque…
Él somos.
Su Votán es un gran colectivo
concentrado en una persona. Él o ella no habla ni escucha como persona
individual. Cada Votán somos todas y todos los zapatistas.
Hace unas semanas, los Subcomandantes Moisés y
Marcos entregamos el cargo de vocer@s del EZLN a miles de hombres y mujeres
indígenas zapatistas para los días de la escuelita. Durante esos días de
agosto (y después en diciembre y enero próximos), por su voz hablará todo el
EZLN, con su oído escuchará, y en su corazón palpitaremos el gran nosotr@s que
somos.
Así que en estos días de la Escuelita, usted
tendrá de maestro o maestra nada más y nada menos que a la máxima autoridad
zapatista, al jefe / jefa suprema del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional: Votán.
Y Votán también se encargará de…
L@s Niñ@s.
Si el alumno o alumna es menor de edad (12 años o
menos), una guardiana por cada niño y niña acompañará a la madre y/o padre todo
el tiempo, le ayudará a cuidarl@, que no se enferme, que tome su medicina, que
juegue, que aprenda, que esté content@. Si ya sabe leer, estudiará junto
con el niño o niña el libro de texto, le contará historias de cómo vivían los
niños indígenas antes del alzamiento y cómo viven ahora, le contará historias
terribles y maravillosas, cuentos, chistes, le cantará “la del moño
colorado”. Y si se porta mal, le dirá que no haga así, porque si no llegará
el SupMarcos con su gran bolsa de galletas y no le va a dar ni una sola, manque
sean de animalitos, y el gran Don Durito de La Lacandona no le contará de
cuando peleó, él solo, contra 3.141592 dragones desdentados, ni la maravillosa
historia de Lucezita y el Gato-Perro que, me dicen, deja muy atrás a Ironman,
Batman, Los Vengadores, El Hombre Araña, X-Man, Wolverine,
y lo que vaya saliendo.
Todos los niños y niñas, con los familiares que
los acompañan, serán ubicados en la zona más cercana a San Cristóbal de Las
Casas, con las mejores condiciones que podemos ofrecer. Se habilitarán
lugares especiales para ell@s, junto con su madre/padre, para que no tengan
mucho frío, ni se mojen si llueve. Habrá también compas que le saben bien
a la salud y primeros auxilios. Y para cualquier emergencia, las 24 horas
del día estarán disponibles 2 ambulancias y 2 vehículos para trasladar al
infante a la ciudad si es que requiere un doctor, o irán por medicina si la
necesita. Si es necesario que la familia viaje de regreso a su geografía
particular, tenemos un pequeño fondo económico para ayudarles con los boletos,
o la gasolina, para el regreso si éste es necesario antes de que termine el
período escolar.
En resumen: l@s niñ@s tendrán trato
especial. Pero ni ell@s ni los adultos se salvarán de…
La Evaluación.
Es la más difícil que se haya usted
imaginado. No constará de un examen, una tesis o una prueba de opción
múltiple; ni habrá un jurado, o un grupo de sinodales con títulos
universitarios.
La evaluación la hará su realidad, en su
calendario y geografía, y su sinodal será… un espejo.
Ahí usted verá si puede responder la única
pregunta del examen final: ¿Qué es la libertad según tú-ustedes?
-*-
Vale. Salud y créame, lo digo con
experiencia propia, lo que uno más aprende acá es a preguntar. Y vale la
pena.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
SupMarcos.
México, Julio del 2013.
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Escucha y ve los videos que acompañan este texto
Eduardo Galeano nos narra una anécdota de un maestro y sus alumn@s.
La libertad es, por ejemplo, exigir la libertad para tod@s l@s pres@s Mapuche. La rola se llama “Cosas Simples”, del grupo chileno Weichafe (Guerrero).
“Luna Zapatista”, de Orlando Rodríguez y Miguel Ogando, con “El Problema del Barrio”, dibujos de Juan Kalvellido. Edición de video: Orlando Fonseca.
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