Imágenes de Terci@s Compas Zapatistas
A las maestras indígenas de la
CNTE.
En al audio de este
video, se escucha una poesía que, en lengua materna de raíz maya, se presentó
en el encuentro de arte “RebelArte y RevelArte”, en abril del 2025. La
poesía que presentaron las 3 jóvenas zapatistas del Caracol
Jacinto Canek se llama “Soy Mujer” o “Soy Mujer Indígena”, y se hizo con un
trabajo previo de investigación de lo que se platica en los grupos de como
mujeres que somos en esa zona. El poema es de las promotoras de educación
de esa zona que, en común, sacaron la idea. Hablaron, pero sobre todo
escucharon a mujeres ya de edad (de juicio, como decimos acá), sus abuelas y
bisabuelas; hablaron con sus madres y hermanas mayores; y se miraron en el
espejo de su ser mujeres jóvenes zapatistas hoy día. Luego buscaron quien
presenta y esas jovencitas le entraron. En el video se muestran imágenes
de los cursos de Herbolaria, Parteras, Hueseras y Salud General, así como los
avances en la construcción del Quirófano y taller de bicis, con la
participación de compañeras mujeres zapatistas.
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En la traducción de las
compas de ese puy sería, más o menos, así:
“Soy una mujer indígena
/ topando con problemas / en mi mirada se mira el brillo de la tristeza / en
cada paso que doy queda una huella, una marca / de las heridas que me han-
hecho, que me ha lastimado /el hombre y el capitalismo. No es como ser
mujer rica / sino que es diferente / las ricas también me miran mal / igual los
hombres. Me vestí como ellos querían / para olvidar que soy mujer que soy
/ el ojo del hombre / me convirtió en una cosa / que no valgo / que soy menos /
que soy débil, sin fuerza / para así ser muy infeliz / así aprendí que la vida
es una mierda / el sufrimiento me llevó a odiar mi cuerpo / a odiar lo que soy
/ a olvidar que soy bella, hermosa / eso entró en mi cabeza. La palabra
zapatista se hizo / como mi mejor amiga / o mi salvación / hoy es mi comienzo /
porque aprendí / a quererme como soy / y a querer mi ser mujer / aprendí que no
nací / para servir ni agradar al hombre / ni a obedecer a alguien / sino que
nací para quererme y amarme / como mujer que soy / y no seré feliz hasta que me
dejen de explotar. Hoy festejo por ser mujer que soy / por mi valentía /
por mi fuerza / porque he entendido que soy mujer cabal. Ahora en
adelante seré mujer / con paso firme / decidida a luchar por la vida. Mi
corazón valiente / late con fuerza de ser libre / mi corazón, coraje y
fortaleza / me ayudará a ser libre / con la mariposa / seguirá adelante / con
mi espíritu de lucha.”
Pero cada oído
femenino, otra poesía.
Otras compañeras de
lengua tzeltal, pero de otras zonas (el tzeltal varía de una zona a otra)
explican: “lo que dice la poema es que ella estaba
triste, que no pasa el día, que los ricos la desprecian por ser mujer y también
las mujeres ricas la tratan como que es una cosa, no una persona. O sea que no
es lo mismo ser mujer rica que ser mujer pobre. Y no es lo mismo ser
mujer de la ciudad, que ser mujer indígena. Igual los hombres en su
pueblo de lo que decimos machista.
Entonces, como pura
tristeza, ella aprendió a odiarse ella misma, así llegó en su cabeza, que odia
su propio cuerpo y hasta se olvidó que es bonita. Y entonces llegó la
lucha y ahí aprendió que no queda otra más que luchar y ahora pues ya aprende
otras cosas y de trabajos. Y está contento su corazón de que sí vale, y
que sí es bonita y que tiene fuerza y valentía, y por eso tiene valor como
mujer. Yo creo que esa poema la hizo una
compañera. Una zapatista pues”.
Tal vez no muy se mira,
pero cuando terminan su participación con el “¡Vivan las mujeres!”, también
gritan, gritamos, “¡Vivan las mujeres Palestinas!”.
Por ahora es toda
nuestra palabra y nuestra imagen como mujeres que somos.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.