Catorceava
Parte y Segunda Alerta de Aproximación:
La (otra) Regla del Tercero Excluido.
Noviembre del 2023.
La reunión fue hace un
año. Una madrugada de noviembre. Hacía frío. El Subcomandante
Insurgente Moisés llegó a la champa de la Capitanía (sí, no se equivoca usted,
para esas fechas el SupGaleano ya había muerto, sólo que no se había hecho
público su deceso). La reunión con las jefas y jefes había terminado ya
tarde, y el SubMoy se dio tiempo para pasar y preguntarme sobre lo que llevaba
avanzado en el análisis que debía presentarse al día siguiente a la
asamblea. La luna avanzaba perezosa hacia su cuarto creciente y la
población mundial llegaba a los 8 mil millones. En mi cuaderno de apuntes
aparecían tres notas:
El hombre más rico de
México, Carlos Slim, a un grupo de estudiantes: “ahora, lo que yo veo para
todos ustedes es un México boyante con crecimiento sostenido, con muchas
oportunidades de generación de empleo y actividades económicas” (10
noviembre del 2022). (Nota: tal vez se refiera al Crimen Organizado como
actividad económica generadora de empleo. Y con mercancías de
exportación).
“(…) la cifra de
personas que en este momento están reportadas como desaparecidas en México,
desde 1964, asciende ya a 107 mil 201; es decir, 7 mil más que en mayo pasado,
cuando se superó el umbral de 100 mil. (7 de noviembre del
2022). (Nota: buscar a las buscadoras).
En Israel la ONU
situaba la cifra de prisioneros palestinos en unos 5.000, entre ellos 160
niños, según el informe que la Relatora Especial sobre la situación de los
derechos humanos en el territorio palestino ocupado desde 1967. Netanyahu
llega a la cabeza del gobierno por tercera vez. (noviembre
del 2022). (Nota: quien siembra vientos, cosechará
tormentas).
-*-
Una grieta como proyecto.
No era la primera vez
que tocábamos el tema. Es más, las últimas lunas había sido la constante:
el diagnóstico que serviría a la asamblea tomar una decisión sobre el “qué
sigue”. Llevaban también meses discutiendo eso, pero la idea-propuesta
del Subcomandante Insurgente Moisés no acaba de aterrizar, de
concretarse. Era todavía una especie de intuición.
–No es que estén
cerradas todas las puertas-, empecé. – Es que no hay
puertas. Todas ésas que aparecen como “verdaderas”, no llevan a otro lado
que no sea al punto de partida. Cualquier intento de ruta es sólo un
viaje por un laberinto que, en el mejor de los casos, te lleva al inicio.
En el peor, a la desaparición-.
¿Entonces?,
inquirió el SubMoy encendiendo el enésimo cigarrillo.
-Pues creo que tienes
razón, sólo queda abrir una grieta. Ya no buscarle por otro lado.
Hay que hacer una puerta. Va a tardar, eso sí. Y va a costar
mucho. Pero sí, es posible. Aunque no cualquiera. Eso que
están pensando, nadie, nunca. Yo mismo no creí que llegaría a escucharlo
siquiera –, señalé.
El SubMoy quedó un rato
pensativo, mirando el piso de la champa, lleno de colillas de cigarro, residuos
de tabaco de la pipa, un fósforo quemado, lodo húmedo, algunas ramitas rotas.
Luego se levantó y,
dirigiéndose a la puerta, sólo dijo: “Pues ni modos, falta ver… falta lo que
falta”.
-*-
El fracaso como objetivo.
Para entender lo que
significaba ese breve diálogo, debo explicarles una parte de mi trabajo como
capitán. En este caso, un trabajo que heredé del difunto SupGaleano,
quien a su vez lo recibió del finado SupMarcos.
Una labor ingrata,
oscura y dolorosa: prever el fracaso zapatista.
Si se está pensando en
una iniciativa, yo busco todo lo que pueda hacerla fracasar, o, al menos, que
reduzca su impacto. Buscar lo contrario contradictorio. Digamos
algo así como “Marcos Contreras”. Soy, pues, el máximo y único representante
del “ala pesimista” del zapatismo.
El objetivo es atacar
con todo tipo de objeciones las iniciativas desde que empiezan a nacer.
Suponemos que eso hace que se vaya afinando y consolidando esa propuesta, sea
organizativa interna, sea iniciativa externa, sea una combinación de estas dos.
Para ponerlo claro: el
zapatismo se prepara para fracasar. Es decir, imagina el peor
escenario. Con ese horizonte en perspectiva, se van elaborando los planes
y detallando las propuestas.
Para concebir esos
“fracasos futuros”, se usan las ciencias de las que podemos disponer. Hay
que buscar por todos lados (y cuando digo “todos lados” son todos, incluyendo
las redes sociales y sus granjas de bots, las noticias falsas y los
retrucos que se realizan para conseguir “seguidores”), obtener la mayor
cantidad de datos e informaciones, cruzarlas y conseguir así el diagnóstico de
lo que sería la tormenta perfecta y su resultado.
Deben tratar de
entender que no se trata de construir una certeza, sino de una hipótesis
terrible. En términos del finado: “supongamos que todo se va a la
mierda”. Contra lo que se pueda creer, esa catástrofe no incluye nuestra
desaparición, sino algo peor: la extinción de la especie humana. Bueno,
al menos tal y como la concebimos hoy.
Se imagina esa
catástrofe y se comienzan a buscar datos que la confirmen. Datos reales,
no las profecías de Nostradamus o el Apocalipsis bíblico o equivalentes.
Es decir, datos científicos. Se recurre entonces a publicaciones científicas,
datos financieros, tendencias, registro de hechos, y muchas publicaciones.
A partir de ese futuro
hipotético, se pone en marcha el reloj en sentido inverso.
-*-
La regla del tercero
excluido.
Ya en posesión del
dibujo del colapso y su inevitabilidad, empieza a funcionar la regla del
tercero excluido.
No, no es la
conocida. Ésta es una invención del finado SupMarcos. En sus
tiempos de teniente, decía que, en caso de una falla, primero se intentaba una
solución; segundo, una corrección; y tercero, pues ya no había tercero, quedaba
como “no tiene remedio”. Ya después fue afinando esa regla hasta llegar a
la que ahora les expongo: sustentada una hipótesis con datos
verídicos y con análisis científico, procede buscar dos elementos que
contradigan la mentada hipótesis en su esencia. Si se encuentran esos dos
elementos, ya no se busca el tercero, entonces hay que replantear la hipótesis
o confrontarla ya con el juez más severo: la realidad.
Les aclaro que, cuando
los zapatistas dicen “la realidad”, incluyen su accionar en esa realidad.
Lo que ustedes llaman “la práctica”.
Aplico entonces esa
misma regla. Si encuentro al menos 2 elementos que contradigan mi
hipótesis, entonces abandono la búsqueda, desecho esa hipótesis y busco otra.
La hipótesis compleja.
Mi hipótesis es: ya no
hay remedio.
Apuntes:
La convivencia
equilibrada entre el ser humano y la naturaleza es imposible ya. En la
confrontación ganará quien más tiempo tiene: la naturaleza. El capital ha
convertido la relación con la naturaleza en una confrontación, una guerra de
saqueo y destrucción. El objetivo de esta guerra es el aniquilamiento del
contrario, la naturaleza en este caso (humanidad incluida). Con el
criterio de la “obsolescencia programada” (o “caducidad prevista”), la
mercancía “seres humanos” caduca en cada guerra.
La lógica del capital
es la de la ganancia mayor a la máxima velocidad. Esto hace que el
sistema se convierta en una gigantesca máquina de desechos, incluyendo seres
humanos. En la tormenta, las relaciones sociales se trastocan y el capital
improductivo arroja a millones al desempleo y, de ahí, al “empleo alternativo”
en el crimen, y a la migración. La destrucción de territorios incluye el
despoblamiento. El “fenómeno” de la migración no es el preludio de la
catástrofe, es su confirmación. La migración produce el efecto de
“naciones dentro de naciones”, grandes caravanas trashumantes chocando con
muros de concreto, policíacos, militares, criminales, burocráticos, raciales y
económicos.
Cuando se habla de
migración, se olvida la otra migración que le antecede en el calendario.
La de las poblaciones originarias en sus propios territorios, ahora convertidos
en mercancías. ¿No se ha convertido al pueblo palestino en migrante al
que hay que expulsar de su propia tierra? ¿No ocurre lo mismo con los
pueblos originarios en el mundo?
En México, por ejemplo,
las comunidades originarias son el “extraño enemigo” que osa “profanar» el
suelo de la finca del sistema, ubicada entre el Bravo y el Suchiate. Para
combatir a este “enemigo” hay miles de soldados y policías, megaproyectos,
compra de conciencias, represión, desapariciones, asesinatos y una auténtica
fábrica de culpables (cfr. https://frayba.org.mx/ ).
Los asesinatos del hermano Samir Flores Soberanes y de decenas de guardianes de
la naturaleza definen al actual proyecto de gobierno.
El “miedo a lo otro”
alcanza niveles de franca paranoia. La escasez, la pobreza, las
desgracias y el crimen tienen como responsable a un sistema, pero ahora la
culpa se traslada al migrante al que hay que combatir hasta aniquilarlo.
En “la política” se
ofrecen alternativas y ofertas a cuál más de falsa. Nuevos cultos,
nacionalismos -nuevos, viejos o reciclados-, la nueva religión de las redes
sociales y sus neo profetas: los “influencers”. Y la guerra,
siempre la guerra.
La crisis de la
política es la crisis de las alternativas al caos. El frenético sucederse
en los gobiernos de la derecha, ultraderecha, el inexistente centro, y lo que
presuntuosamente se da en llamar “izquierda”, es sólo un reflejo de un mercado
cambiante: si hay nuevos modelos de celulares, ¿por qué no “nuevas” opciones
políticas?
Los Estados-Nación se
trastocan en agentes aduanales del capital. No hay gobiernos, hay una
sola Border Patrol con distintos colores y
diferentes banderas. La disputa entre “Estado Gordo” y “Estado Famélico”
es sólo una fallida ocultación de su naturaleza primigenia: la represión.
El capital empieza a
sustituir al neoliberalismo como coartada teórico-ideológica, con su
consecuencia lógica: el neomaltusianismo. Es decir, la guerra de
aniquilamiento de grandes poblaciones para conseguir el bienestar de la
sociedad moderna. La guerra no es una irregularidad de la máquina, es el
“mantenimiento regular” que asegurará su funcionamiento y duración. La
reducción radical de la demanda para compensar las limitaciones de la oferta.
No se trataría de un
neodarwinismo social (los fuertes y ricos se hacen más fuertes y ricos, y los
débiles y pobres de hacen más débiles y pobres), o de la Eugenesia que
fue una de las coartadas ideológicas para la guerra nazi de exterminio del
pueblo judío. O no sólo. Se trataría de una campaña mundial de
aniquilamiento de la población mayoritaria en el mundo: la de los
desposeídos. Desposeerlos también de la vida. Si los recursos del
planeta no son suficientes y no hay un planeta de repuesto (o no se ha
encontrado aún, aunque en eso están), entonces corresponde reducir
drásticamente la población. Achicar el planeta mediante el despoblamiento
y la reordenación, ya no sólo de determinados territorios, sino del mundo
entero. Una Nakba para todo el planeta.
Si la casa ya no se
puede expandir ni es factible hacerle más pisos; si los habitantes del sótano
quieren subir a la planta baja, asaltar la alacena, y, ¡horror!, no dejan de
reproducirse; si los “paraísos ecológicos” o “autosustentables” (en realidad
sólo son “cuartos de pánico” del capital) no son suficientes; si los del primer
piso quieren los cuartos del segundo y así; en suma, si la “civilización
moderna” y su núcleo (la propiedad privada de los medios de producción,
circulación y consumo), corre peligro; pues entonces hay que expulsar a
inquilinos -empezando por los del sótano-, hasta que se logre “el equilibrio”.
Si el planeta se agota
en recursos y territorios, sigue una especie de «dieta» para reducir la
obesidad del planeta. Lo de buscar otro planeta está teniendo
dificultades no previstas. Es previsible una carrera espacial, pero su
éxito es una incógnita todavía muy grande. Las guerras, en cambio, han
demostrado su “eficacia”.
La conquista de
territorios trajo el crecimiento exponencial de los «sobrantes», «excluidos», o
«prescindibles». Siguen las guerras por el reparto. Las guerras
tienen una doble ventaja: reaniman la producción bélica y sus subsidiarias, y
elimina a esos sobrantes de forma expedita e irremediable.
Los nacionalismos no
sólo resurgirán o tendrán nuevo aliento (por eso el vaivén de las ofertas
políticas de ultraderecha), son la base espiritual necesaria para las
guerras. “El responsable de tus carencias es quien tienes al
lado. Por eso pierde tu equipo”. La lógica de las “barras”,
“porras” y “hooligans” -nacionales, raciales, religiosos, políticos,
ideológicos, de género-, alentando guerras medianas, grandes y pequeñas en
tamaño, pero con el mismo objetivo de depuración.
Ergo: el capitalismo no
caduca, sólo se transforma.
El Estado-Nación dejó
hace tiempo de cumplir su función de territorio-gobierno-población con
características comunes (lengua, moneda, sistema jurídico, cultura,
etc.). Los Estados Nacionales son ahora las posiciones militares de un
solo ejército, el del cártel del capital. En el actual crimen mundial del
sistema, los gobiernos son los “jefes de plaza” que mantienen el control de un
territorio. La lucha política, electoral o no, es por ver quién asciende
a jefe de plaza. El “cobro de piso” es mediante los impuestos y los
presupuestos para campañas y el proceso electoral. El crimen
desorganizado financia así su reproducción, aunque cada vez sea más patente su
incapacidad de ofrecer a sus subyugados la seguridad y la justicia. En la
política moderna, los jefes de los cárteles nacionales se deciden por
elecciones.
De este manojo de
contradicciones no surge una nueva sociedad. A la catástrofe no se sigue
el fin del sistema capitalista, sino una forma diferente de su carácter
depredador. El futuro del capital es el mismo que su pasado y presentes patriarcales:
explotación, represión, despojo y desprecio. Para cada crisis, el sistema
tiene siempre a la mano una guerra para solucionar esa crisis. Por lo
tanto: no es posible delinear o construir una alternativa al colapso más allá
de nuestra propia supervivencia como comunidades originarias.
La mayoría de la
población no ve o no cree posible la catástrofe. El capital ha logrado
inculcar el inmediatismo y el negacionismo en el código básico cultural de los
de abajo.
Más allá de algunas
comunidades originarias, pueblos en resistencia y algunos grupos y colectivos,
no es posible construir una alternativa que rebase lo mínimo local.
La prevalencia de la
noción de Estado-Nación en el imaginario de abajo es un obstáculo.
Mantiene las luchas separadas, aisladas, fragmentadas. Las fronteras que
las separan no son sólo las geográficas.
-*-
Las Contradicciones.
Apuntes:
Primera serie de
contradicciones:
La lucha de los
hermanos de la región cholulteca contra la empresa Bonafont, en Puebla, México
(2021-2022). Viendo que sus manantiales se secaban, los pobladores
voltearon a ver hacia el responsable: la empresa Bonafont, de Danone. Se organizaron
y tomaron la planta embotelladora. Los manantiales se recuperaron y
volvió el agua y la vida a sus tierras. La naturaleza respondía así a la
acción de sus defensores y confirmaba lo dicho por los campesinos: la empresa
depredaba el agua. La fuerza represiva que los desalojó, después de un
tiempo, no pudo ocultar la realidad: los pueblos defendían la vida, y la
empresa y el gobierno defendían la muerte. La madre tierra respondió así
al cuestionamiento: sí hay remedio, correspondo con vida a quien defiende mi
existencia; podemos convivir si nos respetamos y cuidamos mutuamente.
La pandemia
(2020). Los animales recuperaron su posición en algunos territorios
urbanos abandonados, aunque fue momentáneo. El agua, el aire, la flora y
la fauna tuvieron un respiro y se rehicieron, aunque fueron de nuevo
avasalladas en poco tiempo. Señalaron así quién era el invasor.
La Travesía por la Vida
(2021). En el oriente, o sea en Europa, hay ejemplos de resistencia a la
destrucción y, sobre todo, de construcción de otra relación con la madre
tierra. Los informes, relatos y anécdotas son demasiados para estas
notas, pero confirman que la realidad allá no es sólo la de la xenofobia y la
idiotez y petulancia de sus gobiernos. Esperamos encontrar esfuerzos
semejantes en otras geografías.
Por lo tanto: sí es
posible la convivencia equilibrada con la naturaleza. Debe de haber más
ejemplos de esto. Nota: buscar más datos, volver a revisar los informes
de la Extemporánea a su vuelta de la Travesía por la Vida- Capítulo Europa, qué
miraron y qué aprendieron, seguir las acciones del CNI y de otras
organizaciones y movimientos de pueblos originarios hermanos en el Mundo.
Atención a las alternativas en zonas urbanas.
Conclusión parcial: las
contradicciones detectadas ponen en crisis uno de los planteamientos de la
hipótesis compleja, pero no todavía la esencia. El llamado “capitalismo
verde” bien podría absorber o suplantar esas resistencias.
Segunda serie de
contradicciones:
La existencia y
persistencia de la Sexta y las personas, grupos, colectivos, equipos,
organizaciones, movimientos acuerpados en la Declaración por La Vida. Y
muchas personas más en muchas partes. Hay quien resiste y se rebela, y
trata de encontrarse. Pero es necesario buscar. Y eso nos enseñan
las Buscadoras: buscar es una lucha necesaria, urgente, vital. Con todo
en contra, ellas se aferran a la más remota esperanza.
Conclusión parcial: la
sola posibilidad, mínima, ínfima, improbable hasta un porcentaje ridículo, de
que las resistencias y rebeldía coincidan, hace trastabillar a la
máquina. No es su destrucción, es cierto. No todavía. Las
brujas escarlatas serán decisivas.
El porcentaje de
probabilidad del triunfo de la vida sobre la muerte es ridículo, sí.
Entonces quedan opciones: la resignación, el cinismo, el culto a lo inmediato
(“carpe diem” como sostén vital).
Y, sin embargo, hay
quienes desafían los muros, las fronteras, las reglas… y la ley de
probabilidades.
Tercera serie de
contradicciones: No es necesaria. Aplica la regla del Tercero Excluido.
Conclusión general: por
lo tanto, hay que plantear otra hipótesis.
-*-
¡Ah! ¿ustedes pensaban
que la iniciativa o el paso que anunciaban los pueblos zapatistas era la
desaparición de MAREZ y JBG, la inversión de la pirámide y el nacimiento de los
GAL?
Pues lamento
arruinarles la tranquilidad. No es así. Regrese usted a antes de la
llamada “Primera parte” y la discusión sobre los motivos de lobos y
pastores. ¿Ya? Ahora coloque usted esto:
Permissu
et gratia a praelatis dico vobis visiones mirabiles et terribiles quas oculi
mei in his terris viderunt. 30 Anno Resistentise, et prima luce diei viderunt
imagines et sonos, quod nunquam antea viderant, et tamen litteras meas semper
intuebantur. Manus scribit et cor dictat. Erat mane et supra,
cicadae et stellae pugnabant pro terra…
Con el
permiso y gracia de los superiores os cuento las maravillosas y terribles
visiones que mis ojos han visto en estas tierras. En el año 30 de la
Resistencia, y con las primeras luces del día, vieron imágenes y sonidos que
nunca antes habían visto y sin embargo siempre miraban mis letras. La mano
escribe y el corazón dicta. Era de madrugada y arriba, grillos y
estrellas luchaban por la tierra…
El
Capitán.
No apareció entonces
porque no sabían de la muerte del SupGaleano, ni de las demás muertes
necesarias. Pero así somos los zapatistas: siempre es más lo que callamos
que lo que decimos. Como si nos empeñáramos en diseñar un rompecabezas
siempre inconcluso, siempre con una pieza pendiente, siempre con esa
interrogante extemporánea: ¿y tú qué?
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
El Capitán.
40, 30, 20, 10, 2, 1 año
después.
P.D.- ¿Entonces qué es lo que
falta? Pues… falta lo que falta.