ELLOS Y NOSOTROS.
I.- Las (sin) razones de arriba.
Enero del 2013.
Hablan los de arriba:
“Nosotros somos los que mandamos. Somos más
poderosos, aunque seamos menos. No nos importa lo que
digas-escuches-pienses-hagas, siempre y cuando estés mudo, sordo, inmóvil.
Podemos imponer como gobierno a gente medianamente
inteligente (aunque ya es muy difícil de encontrar en la clase política), pero
elegimos a uno que ni siquiera puede simular que sabe de qué va el asunto.
¿Por qué? Porque podemos hacerlo.
Podemos usar al aparato policíaco y militar para
perseguir y encarcelar a verdaderos delincuentes, pero esos criminales son
parte vital nuestra. En cambio elegimos perseguirte, golpearte, detenerte,
torturarte, encarcelarte, asesinarte.
¿Por qué? Porque podemos hacerlo.
¿Inocente o culpable? ¿Y a quién le importa si eres
uno o lo otro? La justicia es una puta más en nuestra libreta de direcciones y,
créenos, no es la más cara.
Y aunque cumplas al pie de la letra con el molde
que imponemos, aunque no hagas nada, aunque seas inocente, te aplastaremos.
Y si insistes en preguntar por qué lo hacemos, te
respondemos: porque podemos hacerlo.
Eso es tener el Poder. Se habla mucho de dinero,
riquezas, y esas cosas. Pero créenos que lo que excita es este sentimiento de
poder decidir sobre la vida, la libertad y los bienes de cualquiera. No, el
poder no es el dinero, es lo que puedes tener con él. El Poder no es sólo
ejercerlo impunemente, también y sobre todo, hacerlo irracionalmente. Porque
tener el Poder es hacer y deshacer sin tener más razón que la posesión del
Poder.
Y no importa quién aparezca al frente,
ocultándonos. Eso de derecha e izquierda, son sólo referentes para que el
chofer estacione el auto. La máquina funciona por sí sola. Ni siquiera tenemos
que ordenar que castiguen la insolencia de desafiarnos. Gobiernos grandes,
medianos y pequeños, de todo el espectro político, además de intelectuales,
artistas, periodistas, políticos, jerarcas religiosos, se disputan el
privilegio de agradarnos.
Así que jódete, chíngate, púdrete, muérete,
desilusiónate, ríndete.
Para el resto del mundo no existes, eres nadie.
Sí, hemos sembrado el odio, el cinismo, el rencor,
la desesperanza, el valemadrismo teórico y práctico, el conformismo del
“mal menor”, el miedo hecho resignación.
Y, sin embargo, tememos que eso se transforme en
rabia organizada, rebelde, sin precio.
Porque el caos que imponemos lo controlamos, lo
administramos, lo dosificamos, lo alimentamos. Nuestras “fuerzas del orden” son
nuestras fuerzas para imponer nuestro caos.
Pero el kaos que viene de abajo…
Ah, ése… ni siquiera entendemos qué dicen, quiénes
son, cuánto cuestan.
Y luego son tan groseros de ya no mendigar,
esperar, pedir, suplicar, sino ejercer su libertad. ¡Habrase visto tamaña
obscenidad!
Eso es el verdadero peligro. Gente que mira para
otro lado, que se sale del molde, o lo rompe, o lo ignora.
¿Sabes que nos ha dado muy buen resultado? Ese mito
de la unidad a toda costa. Entenderse sólo con el jefe, dirigente, líder, caudillo,
o como se llame. Controlar, administrar, contener, comprar a un@ es más fácil
que a muchos. Sí, y más barato. Eso y las rebeldías individuales. Son tan
conmovedoramente inútiles.
En cambio, lo que sí es un peligro, un caos
verdadero, es que cada quien se haga colectivo, grupo, banda, raza,
organización, y en su lado aprenda a decir “no” y a decir “sí”, y que se pongan
de acuerdo entre ellos. Porque el “no” apunta a quienes mandamos. Y el “sí”…
uf… eso sí es una calamidad, imagínate que cada quién construya su propio
destino, y decidan qué ser y hacer. Sería tanto como señalar que nosotros somos
los prescindibles, los que sobramos, los que estorbamos, los que no somos
necesarios, los que debemos ser encarcelados, los que debemos desaparecer.
Sí, una pesadilla. Sí, claro, sólo que ahora para
nosotros. ¿Te imaginas de qué mal gusto sería ese mundo? Lleno de indios, de
negros, de cafés, de amarillos, de rojos, de rastas, de tatuajes, de piercings,
de estoperoles, de punks, de darket@s, de chol@s, de skater@s, de esa bandera
de la “A” tan sin nación para comprarla, de jóvenes, de mujeres, de put@s, de
niñ@s, de ancianos, de pachucos, de choferes, de campesinos, de obreros, de
nacos, de proles, de pobres, de anónimos, de… de otr@s. Sin un espacio
privilegiado para nosotros, “the beautiful people“… la “gente bien” para
que nos entiendas…. porque se ve a la legua que tú no estudiaste en Harvard.
Sí, ese día sería noche para nosotros… Sí, todo
reventaría. ¿Que qué haríamos?
Mmh… no habíamos pensado en eso. Pensamos,
planeamos y ejecutamos qué hacer para impedir que ocurra, pero… no, no se nos
había ocurrido.
Bueno, en el dado caso, pues… mmh… no sé… puede ser
que buscaríamos culpables y luego, pues buscar, no sé, un plan “B”. Claro que
para entonces todo sería inútil. Creo que entonces recordaríamos la frase de
ese maldito judío rojo… no, Marx no… Einstein, Albert Einstein. Me parece que
fue él quien dijo: “La teoría es cuando se sabe todo y nada funciona. La
práctica es cuando todo funciona y nadie sabe por qué. En este caso hemos
combinado la teoría y la práctica: nada funciona… y nadie sabe por qué.”
No, tienes razón, ni siquiera alcanzaríamos a
sonreír. El sentido del humor siempre ha sido un patrimonio no expropiable. ¿No
es una pena?
Sí, a no dudarlo: son tiempos de crisis.
Oye, ¿y no vas a tomar fotos? Digo, para
arreglarnos un poco y ponernos algo más decente. Nah, ese modelito ya lo usamos
en “Hola”… ah, pero qué te contamos, se ve claro que tú no has pasado del
“libro vaquero”.
Ah, no podemos esperar a contarle a nuestr@s amig@s
que nos vino a entrevistar uno tan… tan… tan… otro. Les va a encantar. Y,
bueno, a nosotr@s nos va a dar un aire tan cosmopolita…
No, claro que no te tememos. En cuanto a esa
profecía… bah, se trata sólo de supersticiones, tan… tan… tan autóctonas… Sí,
tan de región 4… jajajaja… qué buen chiste, deja lo apuntamos para cuando
veamos a l@s chic@s…
¿Qué?… ¿no es una profecía?…
Oh, es una promesa…
(…) (sonido de titutata-tatatatá, del esmartfon)
Bueno, ¿policía? Sí, para reportar que vino alguien
a vernos. Sí, pensamos que era un periodista o algo así. Se veía tan… tan… tan
otro, sí. No, no nos hizo nada. No, tampoco se llevó nada. Es que, ahora que
salíamos al club para ver a nuestr@s amig@s, estamos viendo que han pintado
algo en el portón de entrada al jardín. No, los guardias no se dieron cuenta de
quién. ¡Claro que no!, los fantasmas no existen. Bueno, está pintado así con
muchos colores… No, no vimos ningún bote de pintura cerca… Bueno, le decíamos
que está pintado con muchos colores, así, muy colorido, muy naco, muy otro,
nada qué ver con las galerías donde… ¿qué? No, no queremos que mande ninguna
patrulla. Sí, ya sabemos. Pero hablamos para ver si pueden investigar qué
quiere decir lo que está pintado. No sabemos si es una clave, o una lengua de
ésas raras que hablan los proles. Sí, es una sola palabra, pero no sabemos por
qué nos produce escalofríos. Dice:
¡MARICHIWEU!”
(continuará…)
Desde cualquier rincón, en cualquiera de los
mundos.
SupMarcos.
Planeta Tierra.
Enero del 2013.
Planeta Tierra.
Enero del 2013.
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a.- Pachuco
“Pachuco“, con La Maldita Vecindad y los Hijos del 5to Patio. Video ora sí que como quien dice una perspectiva “desde abajo”, en medio del slam, pues. Moraleja; no grabes mientras estés en el brincolín. ¿Y qué pex, Maldita?, no sean ídem y hagan acuerdo, o qué, ¿van a dejar a la raza a la merced de yustinbibereadas y demás? Sale pues, un abrazo desde acá del Solin, porque ustedes sí entendieron que las comunidades son el mero mero Kalimán.
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b.- “Más por tu dinero”.
“Más por tu dinero“. Guión y dirección de Yordi Capó. Guadalajara, México, Agosto del 2003.
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c.- “De ratones y gatos”.
Dibujos animados en base a unas palabras de Thomas C. Douglas (1904-1986).
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