El Muro y la Grieta.
Primer Apunte sobre el
Método Zapatista.
Mayo 3
del 2015.
Buenas tardes, días, noches tengan quienes escuchan y quienes
leen, sin importar sus calendarios y geografías.
Mi nombre es Galeano, Subcomandante Insurgente Galeano. Nací
la madrugada del 25 de mayo del 2014, en colectivo y a pesar mío, y bueno, también
a pesar de otros, otras y otroas. Como el resto de mis compañeras y
compañeros zapatistas, me cubro el rostro cuando es necesario mostrarme, y me
descubro para ocultarme. A pesar de no cumplir aún el año de vida, el mando me
ha asignado el trabajo de posta, vigía o centinela en uno de los puestos de
observación de esta tierra rebelde.
Como no estoy acostumbrado a hablar en público, y menos ante
tantas y tan finas (já -perdón, debe ser el hipo del pánico de escena-), digo
finas personas, les agradezco su comprensión para con mis balbuceos y mi
reiterado trastabíllelo en el difícil y complicado arte de la palabra.
Tomé el nombre de Galeano del de un compañero zapatista, un
maestro y organizador, indígena, que fue atacado, secuestrado, torturado y
asesinado por paramilitares amparados en una supuesta organización social: la
CIOAC-Histórica. La pesadilla que acabó con la vida del compañero maestro
Galeano, inició la madrugada del 2 de mayo del 2014. Desde esa hora, nosotras,
nosotros, zapatistas, iniciamos la reconstrucción de su vida.
Por esas fechas, la dirección colectiva del EZLN decidió dar
muerte al personaje autodenominado SupMarcos, en aquel tiempo portavoz de los
hombres, mujeres, niños y ancianos zapatistas. A partir de entonces, el cargo
de vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional le corresponde al
Subcomandante Insurgente Moisés. Por su voz hablamos, por sus ojos miramos, en
sus pasos andamos, él somos.
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