De Ayotzinapa, del
Festival y de la histeria como método de análisis y guía para la acción.
Subcomandante Insurgente Moisés
EJÉRCITO ZAPATISTA DE
LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
MÉXICO.
Diciembre del 2014.
A l@s compas de la Sexta nacional e internacional:
Al Congreso Nacional Indígena:
A los familiares y compañeros de los asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa:
Al Congreso Nacional Indígena:
A los familiares y compañeros de los asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa:
Hermanas y hermanos:
Compañeros y compañeras:
Compañeros y compañeras:
Hay muchas cosas que queremos decirles. No las diremos todas
porque sabemos que ahora hay asuntos más urgentes e importantes para todas,
todos y todoas. Pero como quiera son muchas cosas y es larga nuestra
palabra. Así que les pedimos paciencia y una lectura atenta.
Nosotros, nosotras, zapatistas, acá estamos. Y desde acá
miramos, escuchamos, leemos que la palabra de familiares y compañeros de los
asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa se empieza a quedar atrás y que ahora,
para una parte de los de allá, es más importante…
la palabra de otros y otras en los templetes;
la discusión sobre si las marchas y manifestaciones
pertenecen a los bien portados o a los maleducados;
la discusión sobre cuál tema es más mencionado a mayor
velocidad en las redes sociales;
la discusión sobre la táctica y la estrategia a seguir para
“trascender” el movimiento.
Y pensamos que siguen faltando los 43 de Ayotzinapa, los 49
de la guardería ABC, las decenas de miles de asesinad@s y desaparecid@s
nacionales y migrantes, l@s pres@s y desaparecid@s polític@s.
Y pensamos que sigue secuestrada la verdad, sigue
desaparecida la justicia.
Y pensamos también que hay que respetar la legitimidad y
autonomía de su movimiento.
Sus voces, nosotras, nosotros zapatistas las escuchamos de
frente. Miles de bases de apoyo zapatistas lo hicieron y sus voces llegaron
después a decenas de miles de indígenas. Su voz entonces habló en tzeltal, en
chol, en tojolabal, en tzotzil, en zoque, en castilla a nuestro corazón
colectivo.
Esas voces tienen juicio, saben de lo que hablan, y es su
corazón como el nuestro cuando se hace dolor y rabia. Saben su camino y lo
andan.
Se saben ell@s. Nos saben a nosotr@s en rabias y dolores.
Nada tenemos que enseñarles nosotros, nosotras. Todo tenemos que aprenderles.
Por eso ahora, cuando su voz pretende ser tapada,
silenciada, olvidada o torcida, les mandamos nuestra palabra para abrazarlos.
Por eso decimos que lo primero, más importante y urgente es
escuchar a los familiares y compañeros de los desaparecidos y asesinados de
Ayotzinapa. Son esas voces las que han tocado el corazón de millones de
personas en México y en el mundo.
Son esas voces las que han señalado el dolor y la rabia, las
que han denunciado el crimen y han señalado al criminal.
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